Todos conocemos el secreto del éxito de Primark. Desde que el fenómeno low cost llegara a nuestras vidas de la mano de la cadena irlandesa son pocos los que han podido resistirse a comprar ropa, cosméticos o productos de decoración seducidos por unos precios ridículos y la sensación de que estamos comprando más por menos. Lo cierto es que esto no es exactamente así. Detrás de los costes tan bajos normalmente hay productos de dudosa calidad además de una practicas sociales y laborales que dejan mucho que desear.
Productos low cost, salarios low cost
En efecto, tan solo hace falta hacerse la pregunta de forma tranquila sobre cómo venden productos tan baratos y les sale rentable para llegar a algunas conclusiones. La más obvia es porque ahorran en sueldos, ya que los salarios que cobran los empleados no son especialmente generosos. Además, la mayor parte de la plantilla tiene contratos temporales o parciales, lo que también abarata gastos a Primark. Pero además, la producción en países como India, China, Vietnam o Bangladesh donde es tan barata la mano de obra y las condiciones laborales son cuando menos dudosas, también les ayuda a tener esos precios tan competitivos que les ha convertido en el gigante textil que es hoy Primark.
