La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla prevé celebrar este jueves un juicio contra dos personas, para las cuales la Fiscalía reclama seis años y medio de cárcel por presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y contra la libertad de los trabajadores, respecto a siete personas que captaron en Moldavia para trabajar en España en labores agrícolas. Mantenían a estos trabajadores «hacinados» en «precarias» condiciones sin pagarles el salario acordado y obstaculizando supuestamente su regreso a su país.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los acusados son Costel M, «alias Chiqui», e Ianos B., este último de nacionalidad rumana.
Ambos, siempre presuntamente y según el Ministerio Fiscal, «concertados con terceras personas que operaban desde países del este» de Europa y cuya identidad no ha sido averiguada, «se han venido dedicando al menos desde 2018 a captar a súbditos moldavos con el fin de traerlos a España para trabajar en tareas agrícolas, prometiéndoles unas condiciones laborales que en absoluto obedecían a la realidad».
Según detalla la Fiscalía, siempre presuntamente, les ofrecían viajar a España para trabajar en el sector agrícola jornadas de ocho horas con un salario de cuatro o cinco euros por hora, gestionando su viaje y su alojamiento en dormitorios de cuatro personas y viviendas con adecuada habitabilidad», haciéndoles firmar para ello contratos de trabajo finalmente «ficticios» y solicitándoles a cambio 130 euros en efectivo y 15 euros más por una «revisión médica».
Mediante estas ofertas, «consiguieron captar al menos a siete súbditos moldavos llevados por su precaria situación económica y la necesidad de conseguir dinero».
EL DESTINO DE LOS «RECLUTADOS»
Estas siete personas, según la Fiscalía, «llegaron a España a mediados de enero de 2019 y en febrero» de ese mismo año junto con otros ciudadanos moldavos también «reclutados» por la trama, siendo recogidos en Sevilla por los encausados y trasladados a un garaje de Pilas donde «durmieron dos noches hasta 18 personas hacinadas en colchones en el suelo, sin agua caliente, cocina ni servicio».
Después, según el relato de la Fiscalía, estas personas fueron trasladadas a Valladolid para trabajar en la vendimia, siendo instaladas en «una vivienda en precarias condiciones, igualmente hacinadas en colchones en el suelo que en ocasiones tenían que compartir, sin agua caliente ni luz».
«Pese a trabajar toda la semana, no recibían al final del día su jornal, sino que se encargaba del cobro Costel M., que ejercía de manijero de la cuadrilla y quien en ningún momento tuvo intención de entregarles el salario convenido, dándoles tan sólo en un principio 50 euros para que pudieran subsistir y luego otros 25 euros».
EL REGRESO A MOLDAVIA
Cuando estas personas habrían manifestado su deseo de regresar a Moldavia, según el escrito de acusación de la Fiscalía, Costel M. les habría avisado de que «primero tenían que abonar el coste del viaje a España, que si iban les enterraría y no procurándoles cantidad alguna con la que comprar un billete de vuelta a su país».
Así, el Ministerio Público reclama para ambos acusados seis años y medio de cárcel, por siete presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral en concurso medial con un delito contra la libertad de los trabajadores.