Ucrania dividió a Unidas Podemos y el Sáhara ha cosido a la coalición tras la vehemente postura de Yolanda Díaz contra Pedro Sánchez. La vicepresidenta se mostró más tajante de lo habitual a cuenta del acuerdo entre el presidente del Gobierno y el Régimen marroquí: «Es un cambio de posición radical que merece un diálogo», aseguró.
«Quien está incumpliendo el mandato de país es el presidente del Gobierno», añadió, afirmando que «las cuestiones de fondo se dialogan» y «máxime ante una decisión de tal calibre», en referencia al volantazo socialista sobre el Sáhara.
«Como saben soy respetuosa con las competencias de cada ministerio, pero es verdad que somos un gobierno de coalición y los asuntos de fondo se dialogan entre las partes. Recuerden que yo misma en la Reforma Laboral no solamente compartí y dialogué con todos los ministerios sino que tuvimos que hacer comisiones paralelas para ello«, aseguró.
Díaz reconoció que «la política exterior la deriva el ministro Albares y el presidente a la cabeza, lo que no obsta para que las grandes cuestiones de fondo en un gobierno de coalición deben ser compartidas. Máxime ante una decisión de tal calibre que ha causado enorme preocupación en el país. Tenemos que cumplir con las resoluciones de la ONU y el que se desmarca es el propio PSOE».
IGLESIAS SE POSICIONA JUNTO A DÍAZ
Pablo Iglesias se ha acercado a Díaz a pesar de que algunos grandes medios estaban azuzando el divorcio. El exvicepresidente ha asegurado que «es lógico que pueda haber diferencias pero todos los miembros de Unidas Podemos han manifestado que la coalición va a seguir, que goza de buena salud. Puede haber dos fuerzas que piensan diferente, pero eso no va a poner en riesgo que haya un Gobierno progresista en los próximos años».
«El golpe de Sánchez fue frío, rápido y alineado con una correlación internacional de fuerzas en la que, primero EE.UU. y después Alemania, asumieron la realidad del poder marroquí. En la política internacional cuenta la fuerza, no el Derecho. Quien lo niegue o es un ingenuo o es un hipócrita. Queda por resolver el misterio de si la estocada está pactada con Argelia, para que no afecte al suministro del gas. Cabe pensar que sí«, añade en el digital Ctxt.
Iglesias recuerda que «si Sánchez quiere sacar a UP del Gobierno puede hacerlo mañana mismo. Tiene el poder de decidir que el Gobierno pierda 34 diputados imprescindibles y que ERC y Bildu se replanteen las cosas. Pero creo que UP no debe caer en provocaciones. Opino que hay que defender sin complejos el derecho de autodeterminación del Sáhara en el marco del Derecho internacional y explicar, con tranquilidad, que el PSOE es un socio de gobierno necesario para hacer políticas progresistas pero que no es necesariamente una fuerza política de izquierdas, aunque sus bases electorales y militantes sí lo sean».
ENFADO EN IU
Izquierda Unida ha tenido una relación histórica con la República del Sáhara. Es por ello que la coalición está especialmente afectada por la postura del PSOE. Su portavoz federal, Sira Rego, ha recordado que el cambio de Sánchez provoca «una ruptura de la posición histórica española vinculada a las resoluciones de Naciones Unidas».
«IU contempla y comparte absolutamente las resoluciones de la ONU que reconocen el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, así como la necesidad de que se decida a través de un referéndum ya respaldado internacionalmente», añade.
Rego ha denunciado «la opacidad con la que el Partido Socialista ha tomado esta decisión y sus consecuencias. Estamos en un momento muy delicado en el Magreb en el que movimientos de este tipo pueden contribuir a desestabilizar la zona».
Tampoco comparte postura IU con el PSOE sobre Ucrania. El portavoz de la coalición en el Congreso, Enrique Santiago, ha recordado que no han apoyado «el envío de armas por los gobiernos europeos a Ucrania, convencidos de que la medida no aguanta un debate especializado sobre defensa, como han venido poniendo de relieve diferentes especialistas diplomáticos, académicos y militares».
El secretario de Estado de la Agenda 2030 dice que «armar a la población ucraniana no es más que una huida hacia adelante de Occidente para no abordar la cuestión de fondo: que nuestros intereses geoestratégicos no son coincidentes con los de Estados Unidos en la zona».