En plena era de las redes sociales, donde la imagen y la comunicación son tan importantes, las personas piensan que se cuidan más que nunca. Cada día preocupan más los hábitos saludables relativos a la alimentación y el deporte, sin embargo, ciertos aspectos de la salud no están suficientemente atendidos. A pesar de ser una sociedad libre y diversa, que vive y expresa su identidad plenamente, aún no se han normalizado o naturalizado hábitos básicos que evitarían males como las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
Y es de vital importancia que esto cambie, ya que las ETS se han disparado más del 100 % entre 2016 y 2019 en España, y están consideradas ya una epidemia tan silenciosa como peligrosa por parte de la comunidad médica. Cada día surgen un millón de nuevos casos en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que contabilizaba ya 370 millones de personas infectadas en 2020. La ausencia de síntomas, que pasan desapercibidos a las personas infectadas, hace que no se traten y, entonces, es cuando se propagan y una ITS (Infección por Transmisión Sexual) evoluciona a una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual).
La influencia de la globalización, internet y las plataformas sociales en la propagación de ETS
Las últimas décadas se caracterizan por una creciente interacción digital. Los jóvenes, y los no tan jóvenes, han cambiado la forma en la que aumentan su círculo social o buscan nuevas parejas. Esta facilidad de quedar con nuevas personas influye destacadamente en el aumento de estas infecciones.
A esto hay que añadir que existe una falsa sensación de bajo riesgo o de menor relevancia de las ETS por los avances médicos en los tratamientos, y la menor presión mediática sobre el tema. Ya quedaron lejos los esfuerzos divulgativos y de concienciación de campañas emblemáticas como el “póntelo, pónselo”, que tanto impacto tuvieron en los años 80.
El uso del preservativo es bien conocido como método de protección directa, pero varios estudios recientes apuntan que los jóvenes han dejado de usarlo o solo lo utilizan como anticonceptivo, descuidando la protección durante parte de las relaciones sexuales o ante prácticas extra genitales. Pero no se trata de protegerse únicamente durante la práctica sexual, sino de saber a tiempo si se está contagiado, o si la pareja puede estarlo, para relacionarse con garantías e interactuar con normalidad entre personas sanas, como si de un “salvoconducto” se tratara. Para ello, lo mejor son los test de detección temprana, que rápidamente permiten salir de dudas ante un riesgo potencial o para ir seguros con antelación a un encuentro sexual.
La detección temprana, además, simplifica el tratamiento y favorece la mitigación de estas enfermedades, pero sobre todo evita su propagación, así como las consecuencias más graves, que pueden llegar a la infertilidad o la muerte. Además, ofrece la tranquilidad necesaria para disfrutar plenamente de la vida sin preocupaciones, gracias al valor de un diagnóstico a tiempo.
La tranquilidad y la seguridad de la salud sexual es muy sencilla
La clave pasaría por empezar a percibir los test preventivos como una herramienta útil, sencilla, recurrente y barata para poder sentirse sanos y libres, de cara a vivir la sexualidad de manera libre y plena. Por la propia salud sexual, por la de los demás, y por los trastornos y costes que genera posteriormente el tratamiento de estas enfermedades en el entorno y en los costes de la sanidad pública. Al no ser pruebas que se propongan desde el mundo sanitario, es importante que las personas se preocupen de hacerlo de forma rutinaria.
Se hace necesario dejar atrás la vergüenza o el estigma social del infectado por ETS, el desconocimiento por no darle la relevancia que tiene y, por supuesto, la barrera económica de las pruebas diagnósticas, ya que existen test rápidos, fiables y accesibles para cualquier persona. No tiene sentido que exista ningún freno a la medicina preventiva para que las personas se cuiden, actúen con responsabilidad, se hagan test con naturalidad siempre que necesiten para vivir tranquilos.
Pruebas diagnósticas discretas, low cost, sencillas, rápidas y fiables
Vivir tranquilo cuesta muy poco, y actuar con responsabilidad se hace imprescindible. Una opción accesible, fiable y discreta para pruebas diagnósticas ETS es Democratest. Son especialistas en medicina preventiva y ofrecen uno de los test más fiables, rápidos y de precio más bajo del mercado. Iniciaron su actividad durante la pandemia democratizando (como su nombre indica) el acceso a las pruebas COVID de calidad a mitad de precio. Ahora exportan este modelo de éxito a otras patologías relevantes como es el caso de las ETS, y en breve entrarán en el entorno endocrino, que sin duda es otro gran déficit de la cultura del cuidado y la prevención, o algunos tipos de cáncer, que son fácilmente detectables a tiempo.
La sencillez del proceso de compra en Democratest.com ofrece todas las facilidades para elegir rápidamente el test más adecuado en la clínica más cercana y el horario deseado con agilidad y discreción. Para VIH, Sífilis y Hepatitis C cuestan 25 € y se obtienen los resultados en una hora, pero también hay una PCR que permite la detección simultánea de 14 microorganismos relacionados con otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), por 60 € y el resultado se obtiene al día siguiente.
No hay excusa para no incorporar las pruebas diagnósticas ETS en la rutina preventiva, al igual que se hace con las revisiones médicas periódicas y las analíticas más rutinarias.