En el mismo Boletín Oficial del Estado donde aparecía la disolución de las Cortes Generales, se puede encontrar también la formalización que hace público el cese de Ángel Alonso Miranda, el actual jefe de la Policía Judicial. El General llegó al puesto impulsado por el apoyo del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en 2020 y que dejará su puesto a partir del 3 de junio de 2023, después de una carrera policial en la que destacó por ser el jefe de la Guardia Civil de Galicia durante el caso de la desaparición de la joven Diana Quer.
Tras su caso más mediático, que tuvo como resultado encontrar el cuerpo de la joven desaparecida, Ángel Alonso Miranda cambió de puesto pocos meses después de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) llegara al Gobierno de España mediante la Moción de Censura con la que Mariano Rajoy dejó de ser presidente. Pocos meses después de la formación del nuevo Consejo de Ministros, el que ha sido desde el inicio la mano derecha de Pedro Sánchez dirigiendo Interior, Marlaska, se centró en el papel de Alonso Miranda y de su aportación a la institución policial. Así, en agosto de 2018 el uniformado abandonó la jefatura de la Guardia Civil de Galicia para ser el director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco).
Este nombramiento llegó cuando el ministro de Interior había declarado que quería potencial el papel de este centro al considerarlo un «elemento nuclear» en la lucha antiterrorista, especialmente por la amenaza yihadista y después de que el coronel Juan Hernández Mosquera dijera «no» a la oferta de dirigir el Citco. Así, el general Ángel Alonso Miranda se posicionó como director de esta institución antiterrorista, declarando en una entrevista a La voz de Galicia que este cargo era «un trabajo muy diferente al de mandar una zona», pero asumiendo el reto que Interior había depositado sobre él, en un momento en el que la alerta por terrorismo yihadista era una de las principales a nivel internacional.
Del Citco a la Jefatura de la Policía Judicial en menos de dos años
Desde el momento en el que Alonso Miranda llegó a dirigir en centro antiterrorista, ha tenido el contundente respaldo del ministro del Interior. Tanto es así que en mayo de 2022 fue ascendido de general de Brigada a general de División. Fue uno de los mandos promocionados por Margarita Robles, ministra de Defensa, y Fernando Grande-Marlaska después de la tormenta interna que se desató en la Guardia Civil a partir del cese de Pérez de los Cobos, por el que terminaron dimitiendo el director adjunto operativo (DAO), Laurentino Ceña, junto a otros tenientes generales.
Pocos meses después, en agosto del mismo año, el Grande-Marlaska y la entonces directora de la Guardia Civil, María Gámez, activaron un proceso de renovación de los cargos dentro de este cuerpo policial para acabar con las polémicas que se desprendieron del cese de Pérez de los Cobos. Uno de los resultados fue un nuevo cargo para Ángel Alonso Miranda, que seguía siendo uno de los generales que tenían en beneplácito de Grande-Marlaska. Así, este uniformado dejó la dirección del Citco para encomendarse a la nueva misión que le habían asignado desde Interior, ser jefe de la Policía Judicial.
Cesado de la Policía Judicial para pasar a «situación de reserva»
Una de las consecuencias de la carrera militar, es la corta vida laboral que puede ofrecer este camino de servir a la nación. El general Alonso Miranda va a sufrir a partir del 3 de junio las consecuencias de este sistema, ya que cuando los integrantes de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil tienen cierta edad o cumplen «el tiempo necesario en su empleo» pasan a formar parte de la reserva de manera «forzosa». En el caso de Alonso Miranda, al haber sido promocionado como general de División, esta «reserva forzosa» se lleva a cabo a los siete años. Por tanto, tal y como avisa el BOE, la Jefatura de la Policía Judicial será una nueva vacante disponible a partir del 3 de junio.
Como consecuencia, Ángel Alonso Miranda, como cualquier otro militar de su rango que pasa a situación de reserva, deja su puesto activo en las Fuerzas Armadas y a sus 63 años se ve expuesto a una «jubilación anticipada» en el mundo militar, quedándose con una retribución vitalicia de poco más de 16.000 euros anuales, con un extenso currículum como parte de los cuerpos del ministerio del Interior y con la anécdota de haber formado parte de la promoción interna del mandato de Grande-Marlaska.