La delicada tarea de Ciudadanos para diseñar las listas electorales en Andalucía

Las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina. A la espera de que Susana Díaz se decida, parece que tendrán lugar unos meses antes de marzo, cuando en teoría debían celebrarse. Para Ciudadanos, Andalucía es una plaza importante, y el pasado julio dio el primer paso para prepararse para la cita con las urnas, al elegir a sus cabezas de lista para las ocho provincias.

Poco después, en septiembre, el líder de Cs en esta comunidad, Juan Marín, daba por roto el pacto de investidura con el PSOE, suscrito en 2015, acusando a Susana Díaz de no querer cumplir las medidas de regeneración democrática.

Una vez completado el proceso de primarias, la propuesta sobre las personas que ocuparán los demás puestos de las listas electorales la hará el Comité Autonómico del partido, aunque la decisión definitiva la tomará la Ejecutiva nacional. Pero la configuración de las candidaturas puede convertirse en una tarea complicada en una comunidad donde Ciudadanos no se libra de las pugnas y tensiones internas.

Ya en 2017, la diputada del Parlamento andaluz Mari Carmen Prieto anunció que abandonaba la formación por la “persecución y marginación” a la que la habían sometido por ser discrepante, y denunció lo que ella había constatado en Cs Andalucía: que “el mérito y la capacidad fueron olvidados en favor de la lisonja y la sumisión al cargo de turno”.

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Prieto no ha sido la única militante díscola que ha supuesto un quebradero de cabeza para la formación naranja en Andalucía. El último ha sido Juan José Jurado, exportavoz municipal de Ciudadanos en Camas –ahora concejal no adscrito–, que denunció a Javier Millán, portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla, por malversación de caudales públicos y financiación irregular de partidos.

Millán, que finalmente salió bien parado porque la Fiscalía archivó las diligencias abiertas, ha acusado a Jurado de actuar por un sentimiento de “venganza” tras haber sido expulsado de Cs y de su puesto de asesor.

BAJAS DE CARGOS MUNICIPALES EN CIUDADANOS

El propio Millán se vio en un aprieto la semana pasada después de que el diario La Razón publicara unas grabaciones en las que afirmaba que Ciudadanos se estaba transformando en “una pandilla de amigos” y en las que criticaba el papel de Virginia Millán Salmerón, diputada en el Congreso por Sevilla. Ante lo que pudiera pasar, rápidamente pidió disculpas a quien se hubiera sentido ofendido por sus palabras.

Otro hecho que da una idea de los problemas internos en Cs son las bajas de cargos municipales en la provincia de Sevilla, como los portavoces en Lora del Río, Castilleja de la Cuesta o Alcalá de Guadaíra, que han sido expulsados del partido o lo han dejado voluntariamente.

“El mérito y la capacidad fueron olvidados en favor de la lisonja y la sumisión al cargo de turno”

Los resultados de las primarias celebradas en julio ya pusieron de manifiesto que en Andalucía no todos comulgan con los planteamientos de la dirección de Ciudadanos. Albert Rivera había apostado por Juan Marín para que repitiera como contrincante de Susana Díaz en las elecciones autonómicas y, aunque la militancia finalmente le otorgó ese papel, tuvo que competir con otros trece aspirantes.

Marín obtuvo un apoyo del 67%, muy por debajo de otros candidatos elegidos por la dirección, como el actual portavoz en el Parlamento autonómico, Sergio Romero, que fue respaldado como cabeza de lista por Cádiz por el 90% de los militantes que votaron en las primarias.

Pero los afiliados menos entusiastas con los candidatos oficialistas fueron los de Málaga, que no parecían demasiado convencidos con el gran fichaje de Albert Rivera para Málaga, el exseleccionador nacional de baloncesto Javier Imbroda, y, sobre todo, los de Almería, de los que solo un 54% votaron a la diputada Marta Bosquet.