Huelva es el escenario del caso de contaminación industrial más grande de Europa. Al menos asà lo considera la Comisión Europea. Ahora, enmarcado en la operación Flixanco, el Seprona ha detectado un software presuntamente manipulado para ocultar las emisiones de mercurio. La empresa investigada por la Guardia Civil fue Ercros (comprada por ElectroquÃmica Onubense). CompañÃas que pertenecen al lobby AIQBE, en la cual se encuentra la empresa de Juan Miguel Villar Mir Fertiberia, responsable de las balsas de fosfoyesos.
La contaminación con mercurio afectó tanto la atmósfera como al subsuelo. Y las mediciones podrÃan haber sido ocultadas. De momento, la FiscalÃa de Medio Ambiente de Madrid investiga a 21 personas relacionadas con empresas del sector cloroalcalino. El mercurio ha ido a parar a las aguas subterráneas y puede haber afectado a la salud de los trabajadores de la empresa. Esta investigación se inició en diciembre de 2017 tras recibir un informe que aseguraba que se cometÃan irregularidades.
La cascada de residuos en Huelva no cesa. Las fábricas de Ercros (o actualmente de ElectroquÃmica Onubense) presuntamente tenÃan fugas de mercurio porque empleaban un método que ya se ha quedado obsoleto: las celdas de mercurio. Ante las evidencias de que la gestión de los residuos no estarÃa siendo la adecuada, la Guardia Civil realizó un muestreo de suelos y aguas. Y desvelaron que la empresa superaba con creces los niveles permitidos de contaminación.
La contaminación detectada por el Seprona contiene elementos potencialmente cancerÃgenos, además de perjudicar considerablemente el agua y el medio ambiente. Las fábricas investigadas están edificadas cerca de núcleos de población, lo cual agrava las consecuencias que ha podido tener sobre la población años de emisiones de mercurio y otras sustancias perjudiciales para la salud.
Esta práctica puede estar generalizada entre otras empresas del sector. El Seprona ha intervenido mensajes, llamadas y correos de los responsables. Por lo que la operación Flixanco puede afectar a nuevas compañÃas. De hecho, Fertiberia se encuentra en un proceso judicial en el que se resolverá cómo eliminará las balsas de fosfoyesos y recuperará la marisma de la ciudad.
El grupo ecologista Greenpeace ya habÃa denunciado que los niveles de mercurio en estas fábricas eran muy elevados. Algunos activistas entraron en 2008 en una de las edificaciones de Ercros, en Palos de la Frontera, y analizaron unas muestras. Los resultados determinaron que el mercurio estaba por encima de los niveles recomendados.
El mercurio que contamina Huelva no solo proviene de las fugas de fábricas como las de Ercros. Los residuos que se filtran de los más de tres millones de toneladas de fosfoyesos también emiten este componente.
EL SENO DE AIQBE
Ercros tenÃa una filial: Fesa, una empresa que compró el grupo de Villar Mir en 1995 a precio de saldo. La filial estaba en la ruina. Sin embargo, recibió un préstamo del Instituto de Crédito Oficial de 51 millones de euros que sirvió par sanear la compañÃa. Fue entonces cuando Villar Mir decidió comprarla. Pero a unas condiciones muy favorables. Adquirió el 53% de las acciones de Fesa a una peseta por acción. Esto en un momento en el que el presidente de la filial era Josep Piqué, exministro de Industria durante la etapa de José MarÃa Aznar y polÃtico del Partido Popular. Piqué también fue presidente de Ercros.
Ya en 2017, Ercros decidió desprenderse del resto de sus infraestructuras. Vendió sus fábricas a ElectroquÃmica Onubense, una compañÃa que no tardó en recibir una generosa subvención de la Junta de AndalucÃa de 3,2 millones de euros. Sin embargo, Ercros vende solo las fábricas, no los suelos contaminados. Caso de no encontrarse un responsable claro, deberán descontaminarse con dinero público. Todas estas compañÃas pertenecen a la asociación AIQBE.
MINAMATA
Las consecuencias sanitarias que puede tener el exponerse a altos niveles de mercurio son muy graves. Ejemplo de ello es lo que ocurrió los años 50, en Minamata (Japón). Se detectó que la industria habÃa contaminado el agua y la atmósfera con altos niveles de elemento. El resultado fue que gran parte de la población contrajo la conocida como enfermedad de Minamata, cuyos sÃntomas eran la ataxia, la alteración sensorial, el deterioro de los sentidos y, en algunos casos, la muerte.
En 1968 el gobierno japonés decretó que la causa de la enfermedad era la ingesta de marisco y pescado contaminado por mercurio. Y este mercurio lo habÃa vertido la empresa petroquÃmica Chisso. Las más de 2.000 vÃctimas de los residuos no serÃan indemnizadas hasta 1996.
El mercurio presente en el pescado sigue siendo un problema. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el pescado y el marisco el que nos expone al metilmercurio, un compuesto orgánico del mercurio que es sumamente tóxico. El tiburón, el pez espada, el atún, la corbina y la caballa son los pescados que presentan Ãndices más elevados de este elemento, según los datos de la OMS.