El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, renuncia al acta de eurodiputado que adquirió tras las elecciones del 26 de mayo pasado, según han confirmado a Europa Press fuentes de su entorno. El político catalán anunciará su decisión a primera de hora de la tarde en Bruselas.
En principio, Borrell tenía previsto dejar el Gobierno en el Consejo de Ministros de este viernes para participar como eurodiputado en la sesión constitutiva del Parlamento Europeo el 2 de julio. Sin embargo, finalmente seguirá formando parte del Ejecutivo en funciones, en un momento en que, además, no hay un horizonte claro para la investidura.
Borrell ya dio pistas de que su destino no sería quedarse en el Parlamento
Eso no quiere decir que Borrell vaya a seguir en este puesto en un próximo gabinete de Pedro Sánchez, sino que mantiene abiertas todas las puertas, explican otras fuentes consultadas por Europa Press. Así, el hoy ministro podría ser el candidato español a un puesto de relevancia en las instituciones europeas -salvo el de presidente de la Eurocámara-, o seguir en Exteriores.
La demora en formar Gobierno en España y el hecho de que los líderes europeos no hayan conseguido aún acordar los cargos de la UE -la previsión inicial era hacerlo el pasado día 21- obligaba a Borrell a decidir entre el Ministerio, sin que Sánchez pueda nombrar sustituto por estar en funciones, o un acta de eurodiputado sin tener claro si tendrá un puesto de relevancia en las instituciones.
Aunque fue el cabeza de lista del PSOE en las elecciones europeas, Borrell ya dio pistas de que su destino no sería quedarse en el Parlamento, ya que fue la número dos de la candidatura, Iratxe García, la que se postuló para presidir el Grupo de los Socialistas y Demócratas.
De este modo, su decisión no implica que Borrell esté descartado como próximo representante español en las instituciones europeas. Fuentes del Ejecutivo han insistido en los últimos días en que Sánchez tiene en mente varios perfiles para distintos puestos, en función del escenario que resulte de la negociación y que debe incluir equilibrios políticos, geográficos y de género. Para el Gobierno español, tan importante es colocar a un español en un buen puesto como garantizar que los que no sean españoles compartan la visión española sobre el proyecto europeo.
Ahora, la siguiente fecha es el domingo 30 de junio. Los jefes de Estado y de Gobierno quieren acordar, al menos, el nombre del presidente de la Comisión Europea, el más importante de todos los puestos en juego, antes de que la Eurocámara elija a su presidente el día 2 o el 3 de julio y, de ese modo, ponga en marcha todo el juego de equilibrios para el resto de cargos.
Además de la presidencia de la Comisión, están en juego la presidencia del Consejo Europeo y de la Eurocámara, así como la única vicepresidencia de la Comisión que es fija, la del alto representante para la Política Exterior. El quinto puesto es el del presidente del Banco Central Europeo.