La preocupación por el peso es una realidad que afecta en mayor o menor medida a todas las personas. Vivimos en un mundo lleno de estímulos, de tentaciones azucaradas y de oferta fast food, dentro de un estilo de vida generalmente apresurado, que no nos deja tiempo para conectar con una alimentación más consciente, y ni tan siquiera para escuchar lo que nos pide el cuerpo. Si esto lo unimos al sedentarismo, el resultado son unas tasas de sobrepeso y obesidad muy preocupantes. Y en este contexto aparecen las promesas de las dietas milagro, que en la mayoría de los casos funcionan, pero deberían ser solamente una parte de un plan más global.
DIETA METABÓLICA
Consiste en estimular el metabolismo a través de una modificación de los hábitos alimenticios durante un breve periodo de tiempo. Para ello hay que hacer una selección de alimentos que provoquen que el organismo tenga que quemar más calorías de lo que acostumbra, y de esta manera se producirá una pérdida de peso.
¿Y cómo se hace? A través de una reducción drástica de la ingesta de hidratos de carbono y un aumento de las proteínas. Esto hace que el cuerpo recurra a las reservas de grasa y, gracias a que hemos elevado el consumo de proteínas, garantizamos que la energía no se tome de los músculos, ni no solo de los depósitos grasos. Se recomienda seguir estas pautas durante dos semanas, combinado con una reducción de la ingesta de calorías diarias.
