Así era de joven Corinna Larsen; la mujer que volvió loco a un Príncipe y un Rey

Hace semanas que no se habla de otra cosa. De nuevo, la amiga entrañable del rey Juan Carlos I, Corinna Larsen, ha vuelto a saltar a la palestra desvelando más secretos sobre las cuentas del emérito. En esta ocasión, parece que la cosa va cada vez a más. Tanto, que ya se está pidiendo una investigación clara sobre el asunto. Sin embargo, para entender cómo ha terminado la triste historia es bueno también conocer el comienzo. ¿Quién es ella y cómo consiguió conquistar al Jefe del Estado Español?

A principios de los años 2000, su nombre comenzaba a aparecer en los círculos más cerrados de la alta sociedad. Sucedió después de que la joven contrajera matrimonio con un príncipe, convirtiéndose de este modo en princesa. Después de eso, sobre todo en España, la conocimos un poco después. El padre de Felipe VI quedó prendado de ella y no dudó en pasearla junto a miembros de su equipo más cercano e incluso la propia Familia Real.

Una serie de circunstancias los unieron y otras parece que ahora los han separado. Descubre cómo era de joven Corinna Larsen; la mujer que volvió loco a un príncipe y a un rey.

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Una mujer elegante y de armas tomar

glamour corinna larsen

La fuerza de Corinna Larsen es innegable. Destaca su cabello rubio, su belleza y su saber estar. Con todas estas cualidades, no era extraño que la joven supiera hacerse un hueco en la alta sociedad alemana. Era muy inteligente, muy ambiciosa y también muy elegante. Tras terminar sus estudios de Relaciones Internacionales, se fue a vivir a París.

Fue en la Ciudad de la Luz donde conoció a su primer marido, Adkins. Con solo 25 años, contrajeron matrimonio y la alemana se fue a vivir a Londres. En el año 92, nació su primera hija. Sin embargo, ambos se terminarían divorciando para comenzar una vida por separado.

En diciembre del año 2000, contrajo matrimonio en Chelsea con Casimir, segundo hijo de Alexander, príncipe de Sayn-Wittgenstein. Esta boda no agradó demasiado a la familia política y decidieron no acudir al enlace. La fama de Corinna no les parecía adecuada para alguien de sangre azul.