La Guardia Civil, en el marco de la Operación ‘Oro Nórdico’, ha detenido a siete personas e investiga a otras tres por, presuntamente, pertenecer a una organización dedicada al robo de camiones y naves industriales en Madrid, Castilla-La Mancha y Valencia. Se les considera responsables de casi 80 delitos en total.
Según ha informado el Instituto Armado en una nota de prensa, la organización blanqueaba el dinero obtenido por la venta de la mercancÃa robada con la compraventa de vehÃculos de segunda mano, habiendo acreditado en la investigación la compraventa entre particulares de 342 vehÃculos, por los que habrÃan obtenido más de 5,3 millones de euros de beneficios.
El robo de un camión que contenÃa 20 toneladas del material conocido como oro nórdico propició la investigación. Este material está compuesto por una aleación de cobre, aluminio, zinc y estaño.
Las primeras pesquisas llevaron a los agentes hasta una zona de las afueras de Madrid, donde parte de la mercancÃa estaba siendo cortada y quemada para disimular su presentación original para posteriormente venderla en chatarrerÃas al peso como latón.
En paralelo, los investigadores detectaron un aumento de robos de camiones cargados de mercancÃa que respondÃan a un mismo modus operandi, permitiendo establecer que eran cometidos por el mismo entramado criminal.
ROBO DE CAMIONES
La red recorrÃa los polÃgonos industriales situados en torno a las autovÃas A2 (Madrid-Barcelona) y A4 (Madrid-AndalucÃa), tanto en la Comunidad de Madrid como en Toledo y Guadalajara, y a veces también realizaban sus desplazamientos a la Comunidad Valenciana.
AsÃ, localizaban los vehÃculos que iban cargados con mercancÃas con valor y seleccionaban sus objetivos. Para esto, robaban una cabeza tractora en otro lugar distinto y se trasladaban hasta el remolque elegido, simulando realizar una operación de enganche como si de un profesional del transporte se tratase.
Una vez enganchado el remolque a la cabina del tráiler, trasladaban el remolque robado a una zona de enfriamiento, para dejarlo estacionado unas horas mientras buscaban e inutilizaban los dispositivos de localización GPS que este tipo de vehÃculos suele portar.
Una vez limpio el camión, se aseguraban de que no habÃa ningún tipo de vigilancia sobre él y lo trasladaban a las afueras de Madrid para vender la mercancÃa ilegalmente obtenida, abandonando posteriormente el camión en un polÃgono cercano.
La mercancÃa sustraÃda era desde productos de alimentación como queso o tabletas de chocolate, a ropa, electrodomésticos o tecnologÃa. La valoración económica de cada botÃn rondaba los 100.000 euros en la mayorÃa de los casos.
TAMBIÉN EN NAVES INDUSTRIALES
En el caso de que no pudieran efectuar el robo de un camión, ya sea por no localizar la carga idónea o por ser descubiertos por los camioneros o las autoridades, los presuntos delincuentes centraban su actividad en el robo de empresas situadas en polÃgonos industriales.
Para esto, tras estudiar la seguridad del polÃgono en el que se encontraba la nave seleccionada y establecer el perÃmetro de seguridad, accedÃan a la misma mediante el método del butrón o forzando la puerta, provistos de inhibidores para inutilizar las alarmas.
Tras entrar a la nave y valorar la mercancÃa, un miembro de la red se quedaba escondido en el interior, atento a la posible respuesta que pudieran dar los servicios de vigilancia, mientras que otra parte del grupo robaba un camión con el que volvÃan a la nave para cargar la mercancÃa.
Un grupo se encargaba de establecer hasta tres cÃrculos de seguridad orientados a detectar la presencia policial mientras cometÃan los hechos delictivos. Un segundo grupo eran los que se desplazaban en un vehÃculo robado y entraban en las naves anulando los sistemas de seguridad.
Asimismo, amenazaban y extorsionaban a los camioneros que acababan de robar, requiriéndoles un rescate a cambio de devolverles el camión. Lo hacÃan cuando ya habÃan «colocado» la mercancÃa, conminándole a no denunciar el hecho y garantizándole a cambio no volver a ser vÃctimas de robos por esa organización.