La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, ha reivindicado este martes en el Congreso de los Diputados el trabajo del Ministerio Público frente a «los juicios de intenciones», tras las críticas recibidas la semana pasada durante su comparecencia en el Senado por sus vínculos con el PSOE y sus «amistades peligrosas» con el ex juez Baltasar Garzón y el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo.
«Estoy convencida, señorías, de que la comparecencia de la fiscal general del Estado, de la persona titular en este momento, es beneficiosa también para la institución que represento porque puedo explicar a la sociedad, en primera persona y a través de ustedes, sus legítimos representantes, el cómo y el porqué de la actuación del Ministerio Fiscal al margen de juicios de intenciones y al margen de lo que a veces acompaña la actuación del Ministerio Fiscal», ha dicho.
Así, ha señalado que su comparecencia de este martes ante la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, para presentar las memorias de la Fiscalía General del Estado (FGE) de 2017, 2018 y 2019, «es una ocasión inmejorable para poner en valor tan solo una pequeña muestra de esfuerzos de los más de 2.500 fiscales que componen la carrera fiscal», de quienes ha destacado su «capacidad de trabajo, afán de superación e ilusión».
Delgado ha enfatizado que exponer la labor del Ministerio Público es para ella «un privilegio», así como «una muestra de salud institucional y transparencia» y «un principio democrático», dado que «el Ministerio Fiscal está al servicio de la ciudadanía». «A ella nos debemos y para ella trabajamos», ha querido recalcar, declarándose «muy orgullosa».
«DEFENSA DE LA LEGALIDAD DEMOCRÁTICA»
En este sentido, ha recordado que la Constitución y las leyes encomiendan a la FGE cuatro grandes facetas: «la defensa de la legalidad democrática, como la más alta expresión de la voluntad popular»; «el deber de velar por el interés público y social»; y la defensa de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos.
La jefa de la FGE ha hecho hincapié en la cuarta tarea, la de «velar por la independencia del Poder Judicial, fundamentalmente a través de su actividad promotora de la jurisdicción o en palabras del propio texto constitucional: ‘mediante la promoción ni más ni menos de la acción de la Justicia'».
Delgado ha señalado que de esta forma el Ministerio Fiscal aparece «doblemente vinculado a la defensa de la legalidad» por cuanto es uno de sus principales objetivos pero también el «limite» de su propia actuación.
La fiscal general del Estado se ha expresado en estos términos, más contundentes que los de la semana pasada, después de su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado, donde la oposición le reprochó sus «amistades peligrosas» con Garzón y Villarejo, y su pasado como diputada socialista y ministra de Justicia del Gobierno de Pedro Sánchez, cuestionando por todo ello su capacidad para desempeñar el cargo de forma imparcial.
