El Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPS) reclama al Gobierno que considere administrar la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus a las personas mayores que viven en residencias, ya que la mayoría de ellas presenta un sistema inmune debilitado.
CEAPS reitera esta reclamación después de comprobar que los organismos sanitarios europeos comparten el mismo planteamiento que la patronal lleva, de forma insistente, realizando desde el principio de verano, es decir, abrir la puerta a la vacunación de los residentes en centros de personas mayores.
Concretamente, se apoya en el comunicado remitido tanto por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) como por el Centro de Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), en el que se indica que «también se podría considerar la posibilidad de proporcionar una dosis adicional como medida de precaución a las personas mayores frágiles, en particular las que viven en entornos cerrados (por ejemplo, los residentes de centros de atención a largo plazo)».
En este sentido, CEAPS lamenta que «en lugar de escuchar las reivindicaciones del sector de personas mayores, el Gobierno solo se plantee la posibilidad de administrar esa tercera dosis a personas inmunodepresivas por un trasplante de órganos o pacientes oncológicos, cuando, según los datos que maneja la patronal, el perfil de las personas mayores en las residencias es el de persona muy dependiente, de más de 85 años, con más de tres enfermedades activas y que consumen más de siete medicamentos diarios».
Asimismo, también piden realizar un estudio de seroprevalencia para conocer, de manera real y actualizada, el grado de inmunidad alcanzado entre las personas mayores en centros residenciales, tanto públicos como concertados y privados.
«Han transcurrido nueve meses desde que se inmunizó al primer grupo y necesitamos saber si una posible pérdida de eficacia de la vacuna está detrás de los brotes ocurridos en los centros las pasadas semanas», apunta la presenta de CEAPS, Cinta Pascual, para quien «la quinta ola ha demostrado que había gente que no mantenía su inmunidad, lo que ha ocasionado que se produjeran defunciones en los centros residenciales».
Esta petición la realiza porque las personas mayores son el grupo de edad «más vulnerable», porque las residencias fueron el primer lugar en el que comenzó la vacunación y porque, al estar institucionalizados, resultaría más sencillo llevar a cabo un seguimiento sobre cuál es la respuesta que está teniendo la vacunación, y extrapolarlo a la población en general.
Por último, vuelve a pedir que la vacunación de los trabajadores en centros residenciales sea obligatoria, ya que, como sostiene la presidenta de CEAPS, «las personas no vacunadas son un riesgo en las residencias».