La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha defendido la necesidad de que la Unión Europea dé una respuesta con un enfoque «sindémico» a los problemas de salud global y actúe «de manera conjunta» frente a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19.
Así lo ha manifestado durante su participación telemática en la mesa ‘La salud como factor clave del crecimiento’ dentro del encuentro de alto nivel ‘State of Europe’ que organiza el think-tank ‘Friends of Europe’.
Darias ha apostado por reforzar los sistemas públicos de salud y, en particular, por la ampliación de sus capacidades para poder hacer frente a situaciones que requieren de anticipación, de respuesta rápida y de coordinación.
En este sentido, la ministra de Sanidad ha destacado la importancia de los Estados y de lo público para hacer frente a los desafíos globales como una de las lecciones que ha dejado la pandemia provocada por la COVID-19.
La ministra también ha subrayado la oportunidad que representan los fondos del Mecanismo de Recuperación, Transformación y Resiliencia para el reto presente y futuro de la recuperación en el marco de la Unión Europea.
Una recuperación desde el punto de vista económico, y especialmente buscando la reconstrucción de Europa «a través de un nuevo contrato social con la finalidad de contribuir al desarrollo del pilar social europeo y a la construcción de una Unión Europea de la Salud.
En esta línea, ha reiterado el compromiso de España con la consecución de estos objetivos, poniendo el foco en la Atención Primaria como eje vertebrador del SNS y en la mejora y ampliación de sus capacidades.
La determinación del Gobierno de España, ha remarcado Darias, es «avanzar hasta un SNS más resiliente, más inclusivo, con perspectiva de género y proactivo, que mejore la calidad de vida de la gente». Así, ha animado a los participantes en el foro a trabajar juntos para hacer frente a los retos presentes y futuros y construir un mundo más justo y más saludable.
A raíz de estas declaraciones, Darias ha reclamado el peso de la Agenda 2030 como el mayor reto de la humanidad «para mejorar la vida de las personas y nuestro ámbito de salud, para garantizar una vida sana y también el bienestar».
Por ello, ha significado el liderazgo de la Unión Europea y de los sistemas públicos de salud para que el nivel económico, el lugar de residencia o la pertenencia a un colectivo u otro no afecten a la equidad en el acceso a la salud.
