miércoles, 11 diciembre 2024

El consumo en los países del G20 es responsable de 78.000 muertes prematuras de bebés

El consumo de los países del G20, especialmente Estados Unidos y Reino Unido, provoca un número importante de muertes prematuras en naciones lejanas, como China e India, mientras que las muertes prematuras causadas por los hábitos de producción son más comunes en naciones vecinas como México y Alemania, según un estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’.

Uno de los hallazgos principales de esta investigación es que el consumo de las naciones del G20 es responsable de «78.000 muertes prematuras de bebés de hasta 5 años en todo el mundo».

Su pequeño tamaño es lo que hace que las PM2,5 sean tan peligrosas. Fácilmente inhalables, se acumulan dentro de los pulmones, donde aumentan gravemente el riesgo de cáncer y otras enfermedades mortales. Sin embargo, son los pobres los que son especialmente vulnerables a las PM2,5 y mueren prematuramente.

«La mayoría de las muertes se producen en los países en vías de desarrollo, y sin una coordinación internacional la situación empeorará», explica uno de los autores principales del estudio, el doctor Keisuke Nansai, del Instituto Nacional de Estudios Medioambientales de Japón.

Aunque la mayoría de los países reconocen que contribuyen a los niveles de PM2,5, hay poco acuerdo sobre la cantidad y, por tanto, sobre su responsabilidad financiera. En particular, mucho más difícil de medir que la producción directa de PM2,5 por parte de las fábricas y los coches es la cantidad causada por el consumo.

Se trata de una cuestión vital que hay que rseponder. A diferencia de la producción directa, que afecta primero a la nación productora y luego se propaga a través de las fronteras a las naciones vecinas, las PM2,5 causadas por el consumo pueden originarse en naciones lejanas y tener efectos insignificantes en la nación consumidora.

«La contaminación en forma de emisiones de producción crea un motivo para aplicar medidas conjuntas de reducción de PM2,5 en los países vecinos. Esta cooperación es poco probable entre países geográficamente distintos», dice Nansai.

Los miembros del G20 representan más de tres cuartas partes del comercio internacional y de la producción económica mundial. Por tanto, Nansai y sus colegas razonaron que conocer el impacto del consumo de estas naciones en los niveles de PM2,5 proporcionaría una referencia fiable.

Utilizando Eora, una base de datos elaborada casi una década antes para medir las cadenas de suministro globales en todo el mundo, el estudio trazó un mapa de las emisiones realizadas sólo por el consumo.

El efecto no fue demasiado grande en la mayoría de las naciones del G20, de modo que la edad media de las muertes prematuras fue de casi 70 años. Sin embargo, en algunos países, concretamente en Sudáfrica y Arabia Saudí, la mortalidad infantil prematura era tan frecuente que la edad media de las muertes prematuras era inferior a los 60 años. Del mismo modo, la edad media de las muertes prematuras en India e Indonesia apenas superaba este umbral.

Nansai y sus colegas subrayan que si no se tiene en cuenta el consumo, la mayoría de los países no pensarán que deben pagar ninguna multa por estas muertes.

«Mientras la responsabilidad por las muertes infantiles debidas a las emisiones de la producción sea la única cuestión que se persiga, no encontraremos ninguna razón para que las naciones se enfrenten a la muerte masiva de bebés en naciones lejanas», explican en el estudio.

Por último, para subrayar el impacto que los niveles de PM2,5 del nivel de consumo tienen por sí solos en la salud humana, el estudio concluye que el consumo a lo largo de la vida de 28 personas en las naciones del G20 causará la muerte prematura de una persona en todo el mundo.