sábado, 18 mayo 2024

Sopa castellana o de ajo: una receta barata para gozar un día de frío

La sopa de ajo es uno de esos platos que tu mente, y tu estómago, identifica rápidamente con el frío. Y qué mejor momento tras abandonar el calor que zamparse un plato así en estos días tan fríos y lluviosos de otoño. Cuando más apetecen las sopas calientes es en las noches de otoño e invierno en las que el frío aprieta. A diferencia de otras sopas, la de ajo requiere de muy pocos ingredientes para su elaboración, la mayoría, básicos (pan, agua, ajos, huevos). Ni siquiera lleva pasta. Sienta de maravilla y como receta de aprovechamiento, es la mar de económica. Hoy te descubrimos todos los secretos para que puedas elaborar la receta de sopa de ajo y recordar los aromas de la cocina de la abuela.

Como receta, lo tiene todo: sale barata, ya que aprovechas el pan duro o endurecido de los días anteriores, y aunque puedes utilizar caldo de pollo, con el propio agua y buenos ajos, tendrás una sopa calentita que entra sola, sin grasa ninguna. Aprende aquí cómo hacer la sopa de ajo tradicional y cómo aderezarla sin que pierda su esencia.

 

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El origen de la sopa de ajo

cómo se hace una sopa de ajo

La sopa de ajo es uno de esos platos típicos de la España interior, de la España rural. Tiene su origen, y a sus mejores elaboradores, en Castilla y León, entre los pastores y los montañeros. Se hizo muy popular en los años de la posguerra como una forma de comer cuando no había otra cosa que llevarse a la boca. Al utilizar agua, cualquiera puede hacerlo, y aprovechar al máximo ese pan duro y correoso que de otra forma no habría cómo comerlo. Como con muchas elaboraciones de entonces, se utilizaba el pimentón para darle un aspecto menos lavado, y los ajos, para que hubiera algo de sabor.