La presidenta de la Comisión para el Pacto de Toledo y exministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha asegurado que el empleo y las pensiones son «vasos comunicantes» para mantener el actual sistema de bienestar, por lo que considera fundamental tener un mercado de trabajo estable y fuerte para asegurar el sostenimiento de la Seguridad Social.
Así lo ha señalado momentos antes de reunirse con colectivos sociales, pensionistas y sindicatos en una reunión a la que también han acudido los candidatos socialistas a las Cortes de Castilla y León.
La exministra ha destacado la importancia de la revalorización de las pensiones, especialmente para los colectivos más vulnerables y que ya se ha podido constatar en el mes de enero en forma de un incremento del 2,5% en el caso de las pensiones mínimas y que se incrementa hasta el 3% en las no contributivas.
Un punto que para Valerio supone el eje central de esta primera parte de la reforma del Pacto de Toledo que en su momento salió adelante con una amplia mayoría (262 votos a favor, 78 abstenciones y dos votos en contra), pero que se ha chocado de frente con la oposición del Partido Popular en este último punto: «No entiendo por qué el PP, que voto que sí a esa renovación de las recomendaciones, cambió de parecer cuando llegó al Congreso la ley que regulaba la recuperación del derecho a que la pensión se vea revalorizada conforme al IPC».
Pese a ello, Valerio ha defendido que la norma que ha salido adelante se basa en una «mayoría sólida» y que busca recuperar el derecho al mantenimiento del poder adquisitivo por parte de los pensionistas, así como dar un plus de apoyo a las pensiones mínimas, las no contributivas, las del Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI) o las del Ingreso Mínimo Vital. Un aspecto que Valerio ha calificado de «fundamental» para mantener el estado de bienestar y que beneficiará de forma directa a más de 48.000 zamoranos y 600.000 pensionistas de Castilla y León.
De esta manera, la exministra ha destacado la búsqueda de la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones a través de la eliminación de gastos impropios de la Seguridad Social y de un incremento de la cotización del 0,6% para los trabajadores y empresas (0,5% en el caso de las empresas y del 0,1% para los trabajadores) dentro de un mecanismo de equidad intergeneracional.
Con ello, la reforma pretende volver a rellenar la hucha de las pensiones que actualmente cuenta con poco más de 2.100 millones de euros y llegó a contar con hasta 77.000 millones a finales del año 2011. Todo ello a las puertas del inicio de la jubilación de la conocida como generación del ‘baby-boom’ que se espera entre 2023 y 2032.