Moncloa se harta de los «desplantes» de EE UU a Ángeles Moreno

La secretaria de Estado de Exteriores, Ángeles Moreno, ha conseguido ciertas dosis de protagonismo en estos meses porque es considerada una artífice de la nueva posición de España respecto al Sáhara Occidental. Las presiones de la embajada de Estados Unidos han tenido mucho que ver, pero también las posiciones tomadas tanto por José Manuel Albares, ministro de Exteriores, como por la secretaria de Estado. Contentar a Estados Unidos es una máxima que circula desde hace meses por los pasillos de Moncloa. Pero lo cierto es que a día de hoy no parece que la estrategia de la que Moreno forma parte haya calado a nivel internacional. Joe Biden, presidente de EE UU, mantiene su ninguneo oficial a Pedro Sánchez.

Todo empezó, según fuentes solventes, con la visita de Wendy Sherman, subsecretaria de Estado de EE UU, a nuestro país. Era un tour a mediados del primer semestre del año en el que la americana visitaría diferentes países: España, Marruecos, Argelia y Egipto. Y un viaje que comenzó con un encuentro privado entre Sherman y Moreno. La secretaria de Estado de Albares goza de mucho prestigio y fue ella quien recibió el sensible encargo de Moncloa de buscar puentes con los que allanar la relación entre Estados Unidos y España. Ángeles Moreno utilizó esa reunión con Sherman para ver qué quería EE UU y le quedó claro al instante. Lo primero era contentar a Marruecos. Y más en un contexto internacional de choque contra Vladimir Putin, presidente de Rusia, por su invasión a Ucrania (pues Argelia tiene muchos lazos políticos y económicos con el régimen del líder ruso). Pero de momento parece que Estados Unidos ha conseguido todas las muestras de buena fe mientras que Moreno aún no ha recibido ni un solo gesto por parte de los americanos que vender a Moncloa.

A nivel interno en la Moncloa, quien ha quedado más tocada es Ángeles Moreno, además de José Manuel Albares, dado que el proceso para complacer a Estados Unidos vino recomendado por la propia secretaria de Estado. Tanto Wendy Sherman como la propia embajadora de EE UU en España, Julissa Reynoso, han presionado al Gobierno para que cediera en cuestiones clave como el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara. Y una vez lanzado este gesto, EE UU mantiene su pulso a Sánchez. La humillación prosigue y en Moncloa están algo quemados por la persistente negación de los americanos.

Fuentes del Gobierno entienden que esta resistencia de la delegación norteamericana a reunirse con el presidente del Gobierno viene motivada por la presencia de ministros de Unidas Podemos, muy relacionados en algunos casos con la autocracia venezolana, en el Consejo de Ministros. Pero lo cierto es que Ángeles Moreno, una de las principales trabajadoras en la sombra de Moncloa para asuntos internacionales, ha cumplido con su parte del trato mientras que Estados Unidos sigue haciendo lo que considera importándole bien poco la palabra dada por sus altos cargos. Fuentes del Ejecutivo aseguran que lo de Reynoso eran recomendaciones para allanar las relaciones (que no exigencias), pero Sherman sí que fue más contundente a la hora de recomendar las claves para allanar las relaciones entre el Gobierno de España y el de Estados Unidos.

La posición de Ángeles Moreno no está tocada porque todos en Moncloa confían en su profesionalidad

La posición de Ángeles Moreno no está tocada porque todos en Moncloa confían en su profesionalidad, pero sí que es vox populi que la secretaria de Estado ha sido engañada por la administración americana dado que no ha habido apenas ningún avance en las relaciones. Incluso con la visita de un expresidente norteamericano el propio presidente del Gobierno tuvo que trasladarse 600 kilómetros al sur para poder hacerse la foto dándole la mano. Moreno sigue trabajando, pero la percepción en la administración es que Estados Unidos sigue utilizando a los dirigentes españoles como consideran con tal de conseguir sus objetivos.

De momento, el discurso oficial del Ejecutivo no es del todo desalentador. Hay quien incluso, off the record, considera que Joe Biden ha hecho un gesto notable hacia Sánchez en la cumbre de la OTAN. Sin embargo, esto no quita que en el Ministerio de Exteriores haya un malestar notable cargado de desesperación por el hecho de que la obsesión de Moncloa por una reunión entre Sánchez y Biden unida al modo de actuar de EE UU, tan peculiar y ególatra, impidan a Ángeles Moreno cumplir sus objetivos a corto plazo. Ya no es que la vida de Moreno vaya en ello, pero sí que el presidente del Gobierno ha convertido la búsqueda de un gesto de EE UU en su cruzada personal.

Fuentes de Exteriores insisten en que buena parte del equipo diplomático que trata con Estados Unidos se siente ninguneado por la administración Biden. Quienes han trabajado con los americanos reconocen que siempre han actuado con cierta independencia y con poca sensación de que deben corresponder a sus aliados. Pero quienes ahora trufan el aparato diplomático de Exteriores insisten en que esa percepción se ha acentuado considerablemente estos meses, sin entrar en el porqué.