El inmortal avión espía U-2 vigila a los chinos que acosan a Taiwan

Corría el año 1960 cuando uno de los Lockheed U-2 operados por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, la conocida CIA, fue derribado sobre la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), originando una mediática crisis entre las dos superpotencias que libraban la Guerra Fría.

Ahora, 62 años después se comunicaba el pasado 8 de agosto que un avión de reconocimiento de este mismo modelo perteneciente a las fuerzas aéreas de los Estados Unidos,  basado en Corea del Sur, estuvo vigilando durante horas los ejercicios militares con fuego real realizados por las fuerzas aeronavales de la República Popular China en el estrecho de Taiwán.

Aparte de la alarma que ha producido la misión en los medios y la población  de Corea del Sur, que teme que su país pueda servir a los Estados Unidos como base de lanzamiento de acciones para mantener a raya al Ejército Popular de Liberación de China, ante una posible invasión de Taiwan, destaca que el U-2 vuelva a ser protagonista en una nueva acción de los Estados Unidos, esta vez en la vital zona estratégica de Indo-Pacífico.

Según el medio coreano Chosun Ilbo, el viernes día 5 de agosto se pudo observar durante horas a través de la aplicación Flightradar24, un sitio web especializado en el seguimiento de la trayectoria de vuelo en tiempo real de diversas aeronaves, la misión de  reconocimiento del U-2. Este aparato de la firma Lockheed (hoy Lockheed Martin) despegó de la base aérea de Osan (Oeste de Corea del Sur) dicha jornada, volando hacia el relativamente lejano estrecho de Taiwán, sobrevolando presumiblemente las aguas al oeste de la isla de Jeju a unos 20.000 metros de altura  de altitud durante varias horas.

Aquella misma jornada la República Popular de China designó seis zonas cercanas a Taiwán como lugares de entrenamiento, bloqueando su espacio aéreo, al tiempo que efectuaba prácticas con diferentes tipos de misiles y la Fuerza Aérea y la Armada del Ejército Popular  hacían volar sus aviones de combate más allá de la línea divisoria del estrecho de Taiwán. Aunque el U-2, que estaba operando a las órdenes del Mando de los Estados Unidos para el Indo-Pacífico o United States Indo-Pacific Command (USINDOPACOM), no fue detectado en concreto sobre el estrecho de Taiwán, se presume que voló hacia allí, considerando su trayectoria previa de vuelo anterior vista en Flightradar24. Obviamente si la aeronave sale en dicha web especializada es porque el aparato de reconocimiento conecta su transpondedor para poder ser visto. Así se presume que el USINDOPACOM quería que la trayectoria hacia la zona fuese conocida, y demostrar el apoyo de los Estados Unidos a Taiwan, ante la crisis abierta con la China comunista por la visita de Nancy Pelosi (presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos) a la citada isla Estado, donde se refugiaron los nacionalistas chinos, tras la toma del poder de Mao del resto del país en 1950.

Pero volvamos a los años cincuenta del pasado siglo, cuando en concreto el 1 de agosto de 1955 voló por primera vez. Muy poco después, en 1956 la conocida CIA, que son las siglas de Central Intelligence Agency, empezó a operarlos en el más absoluto secreto para tomar fotografías de las instalaciones militares y otros puntos de interés de la URSS, conociéndose como los “guerreros de la Guerra Fría”. Desgraciadamente para los norteamericanos, los vuelos  se desvelaron el 1 de mayo cuando el U-2 que pilotaba el segundo teniente de la USAF Francis Gary Powers, reclutado por la CIA, fue derribado por un misil antiaéreo sovietico S-75, SAM-2 según la OTAN. Tras el suceso, el piloto norteamericano fue encarcelado en la URSS, hasta que fue intercambiado el 10 de febrero de 1961 en un puente cercano a Berlin por el coronel de la KGB, William Fisher.

Paralelamente, los vuelos de los U-2 se extendieron a otros “enemigos” de América, como China, Vietnam, Cuba, Oriente Medio, Afganistán, etc…de hecho en 1962 otro sería derribado sobre dicha isla del Caribe, muriendo su piloto el mayor (comandante) Rudolf Anderson Jr. 

Incluso después de la Guerra Fría han seguido plenamente en activo parte de los 104 aviones de reconocimiento construidos, mediante continuas modernizaciones que han afectado tanto a sus células como sobre todo a sus equipos, cámaras y otros sensores. El U-2 no lleva armamento y lleva fiando su supervivencia a su espectacular techo de 24.000 metros de altura, que le hace muy difícil de interceptar por los aparatos de combate y misiles antiaéreos, incluso de los más modernos modelos.

Desde mediados de los setenta del pasado siglo, los U-2 se utilizan para vigilar los movimientos de los militares norcoreanos cerca de la zona desmilitarizada, de hecho según las fuentes surcoreanas tres U-2 se turnan para vigilar desde el aire dicha franja, cuasi coincidente con el paralelo 38.

Hasta ahora, cuando las tensiones entre Estados Unidos y China se intensificaban cerca del Estrecho de Taiwán, solían responder las aeronaves de la Fuerza Aérea de Estados Unidos basadas en Japón,  pero a partir de 2020 se han unido los referidos U-2 basados en Osan.

Así, uno de estos U-2 apareció sobre el Mar Amarillo, cerca de la península de Shandong, y de la bahía de Bohai en agosto de 2020, cuando los chinos realizaron allí ejercicios con fuego real, y han volado también cerca del estrecho de Taiwán en diciembre de 2020 y en enero/febrero de 2021.