Le ha ganado por descalificación del «enemigo», pero la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha ganado la partida al ministro de Presidencia de Gobierno, Félix Bolaños. El bochorno sufrido por el ministro socialista a manos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en los actos institucionales del 2 de mayo le ha pasado factura. Fuentes del PSOE confirman no solo que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha quitado galones y degradado a Bolaños tras el intento del ministro de Presidencia de colarse en la fiesta, sino que Margarita Robles, con quien Bolaños mantenía un duro enfrentamiento personal desde hacía meses, ha ganado la partida por descalificación del enemigo. Robles sabía que tenía los días contados en el Gobierno, pero ahora duda sobre su futuro.
Bolaños es mal enemigo. O al menos lo era, tal y como aseguraban las fuentes del PSOE que insistían en que el ministro de Presidencia tenía el reto personal de acabar con la ministra de Defensa (algo que no desagradaba a otros ministros socialistas ni al propio presidente del Gobierno). El problema es que este enfrentamiento se agravó considerablemente en los actos del 2 de mayo porque quien dejó en ridículo a Bolaños (además de él mismo al intentar colarse en la tribuna de autoridades pese a no estar invitado) fue la propia Margarita Robles por no dar la cara por su ministro, por no solidarizarse con él en ese momento y por mantener el perfil institucional y de representación del Gobierno en los actos mientras Bolaños hacía el ridículo a unos pocos metros de ella.
Fuentes del PSOE aseguran que Pedro Sánchez ha quitado buena parte de la autoridad que tenía Bolaños tras este bochorno. La pretensión y el ridículo del ministro de Presidencia ha pasado factura a quien hasta ahora había sido el socialista más cercano al presidente. Que Sánchez le haya apartado de su núcleo de máxima confianza ha hecho que Margarita Robles se quite mucha presión dado que Bolaños tenía el reto personal de acabar políticamente con la ministra. Robles, quien ha protagonizado más de un enfrentamiento a puerta cerrada con Bolaños y quien ha visto al ministro levantar la voz en más de una ocasión delante de ella, ahora esta disfrutando al ver que su mayor enemigo dentro del Gobierno ha perdido casi toda la autoridad.
Félix Bolaños entendió que montar un escándalo era una buena idea, pero no ha salido bien a nivel de marketing la idea que tenía el ministro de presentarse en un evento en el que no estaba en las listas. Otros jefes de protocolo insisten en que la actitud de Bolaños estuvo completamente fuera de lugar porque ningún ministro puede llegar a ese extremo. Todos coinciden en que, si no te invitan, no te presentas. En cualquier caso, Bolaños entendió que era una buena idea ir a la fiesta, colarse en la tribuna de autoridades y de paso forzar a que la jefa de protocolo de Isabel Díaz Ayuso le pusiera la mano para que no cruzara a la tribuna en el que estaba la propia Margarita Robles.
Hay sorpresa entre algunos socialistas que no entendieron que Robles se quedara sentada y no diera ni una sola declaración sobre lo ocurrido mientras su compañero de partido y colega del Gobierno estaba sufriendo el mayor bochorno de la legislatura. Hasta la Comunidad de Madrid le vio venir y horas antes ya estaba preparada para lo ocurrido. Pero en el PSOE ahora entienden por qué Robles se quedó quieta. No solo ha visto el «cadáver político» de su enemigo pasar por delante, sino que ha conseguido quitarse una enorme presión de encima dado que Bolaños se había puesto como reto personal acabar con la ministra de Defensa antes de la próxima legislatura.