Santos Cerdán afila el cuchillo para acabar con la vida política de Óscar Puente en el PSOE

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ya ha comprado el prefijo «ex» para su máximo hito laboral. El PSOE le mantuvo como candidato porque, primero, era el regidor, y porque no tenía más remedio dada la presión interna que ejercía desde su feudo. Sin embargo, la derrota obtenida tras las elecciones y el hecho de que le hayan arrebatado la alcaldía ha dado todos los motivos necesarios a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, para que afile el cuchillo político para acabar con la vida política del socialista más deslenguado y polémico de la formación progresista. No será inmediato, según fuentes de Ferraz. Pero se espera que Puente se aparte sigilosamente de la política sin hacer demasiado ruido. La buena noticia para él es que en el PSOE no quieren cabos sueltos y le darán un premio de consolación.

Ya le apartaron de todas las responsabilidades en el partido desde el momento en el que se dejaron ver sus problemas judiciales, los regalos de los empresarios y los viajes en Mercedes-Benz Clase G 63 AMG (un coche de más de 170.000 euros) prestado por amigos poderosos. En el PSOE sabían que no era la imagen que querían como uno de sus alcaldes. Sus compañías (de todos los colores) básicamente alimentaban ese cliché del socialista «golfo» que tanto irrita en algunas esferas del partido y decidieron apartar a Puente de todas las responsabilidades en el partido; pero en cuanto a la alcaldía es otra historia. El destino de Puente es el que le esperaría a Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, si hubiera perdido las elecciones autonómicas en su tierra.

El alcalde de Valladolid no tendrá más recorrido. Fuentes de Ferraz aseguran que ahora que PP y Vox han llegado a un acuerdo para sacarle de la alcaldía de la ciudad, Santos Cerdán está trabajando en apartarle de la política (o al menos de la primera línea de la misma) para enterrar a uno de sus candidatos más polémicos. El secretario de Organización del PSOE tiene un duro trabajo por delante porque sabe que se avecinan curvas ideológicas. Pero Puente tiene la peculiaridad de que no le quieren en ninguna facción del partido. Es repudiado políticamente a partes iguales por todos los recovecos del Partido Socialista. Ya le apartaron del aparato de la formación y ahora lo harán de la política.

Aún así, el PSOE no es de dejar tirados a los suyos para no tener frentes abiertos. Desde el grupo tienen claro que Puente tendrá alguna acogida en algún puesto en el que no tenga ni la más mínima visibilidad y en el que no moleste siempre y cuando pueda tener un sueldo público. La mala noticia para Puente es que ya no tendrá la relevancia suficiente como para salir en los medios. Adiós al Mercedez-Benz y a los viajes con empresarios.

En el PSOE no han recibido como una mala noticia el hecho de que Óscar Puente haya perdido la alcaldía de Valladolid a manos del Partido Popular y de Vox. En el partido ya no sabían qué hacer para librarse de algunos de los socialistas más problemáticos y Óscar Puente era uno de esos políticos que más dolores de cabeza daba en Ferraz. Pasó también, pero con mucha menos suerte, con Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Pero lo cierto es que la derrota de Óscar Puente ha sido recibida con los brazos abiertos en el partido porque les da la excusa de renovar el candidato en una ciudad importante como es Valladolid.