Una repetición electoral es un escenario probable tras las elecciones del próximo 23 de julio. No se trata de un escenario nuevo, ni mucho menos. En la retina de muchos están las elecciones de abril de 2019 tras la imposibilidad de formar Gobierno ante la negativa de Albert Rivera a formar una coalición con el PSOE de Pedro Sánchez. Los vaticinios de entonces del ex líder de Ciudadanos se materializaron seis meses después, con los pactos con Bildu, ERC y el PNV, junto con los comunistas.
El PSOE traspasó todas las líneas rojas, con una purga de los críticos sin precedentes. Tras cuatro años en La Moncloa de la mano de Unidas Podemos y la puerta abierta a la reedición, la derecha se ha movilizado para tratar de «echarles» de La Moncloa.
Para esos comicios no se podría descartar incluso una gran coalición de izquierdas para hacer frente a una derecha dividida
En esta confrontación de los dos bloques de cara a los comicios del 23-J se han centrado las elecciones. «Derogar el sanchismo», pero sin Vox en el Gobierno es la fórmula del PP. Un requisito autoimpuesto por Alberto Núñez Feijóo en plena campaña electoral, pese a los numerosos pactos realizados en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, como Valencia y Extremadura, pero que no se ha materializado ni en Murcia ni Aragón.
EL RELATO EN LA DERECHA EN LA REPETICIÓN ELECTORAL: VOX, CULPABLE DE MANTENER A SÁNCHEZ
Desde Vox, por su parte, exigen la entrada en el Ejecutivo de Feijóo y con un acuerdo de máximos, incluso por un escaño. En el PSOE, por su lado, se encomiendan a un milagro para que Vox y PP no sumen la mayoría absoluta. Los socialistas de Pedro Sánchez tratarían de alcanzar acuerdos, como hizo en 2018 con la moción de censura contra Mariano Rajoy.
En este escenario, si Feijóo no lograra la mayoría absoluta en la primera votación, tendría 48 horas de plazo para convencer a Vox o al propio PSOE para permitir que fuera presidente del Gobierno. En caso contrario, los socialistas podrían proponer a Pedro Sánchez de nuevo, que tan sólo tendría que obtener más ‘síes’ que ‘noes’ en la segunda vuelta para ser investido como presidente.
En total, los parlamentarios tienen dos meses desde la primera votación para lograr un consenso e investir a un presidente. En caso contrario, se convocarían de nuevo elecciones de forma inmediata y los españoles tendrían que volver a las urnas entre diciembre y enero del próximo año, en plena Navidad o para Reyes.
EL RELOJ PARA LA REPETICIÓN ELECTORAL SE ACTIVA CON LA PRIMERA VOTACIÓN DE INVESTIDURA
Los tiempos vendrán determinados por la primera votación, que no tiene definida su convocatoria. Una vez realizada se pondrá en marcha el conocido ‘reloj de la democracia‘. Pero hasta entonces pueden pasar unas horas o unos meses antes de presentarse a la investidura. Cabe recordar que el PSOE tardó cinco meses en reunir los votos necesarios para presentarse. Esta vez sería más sangrante ya que España ostenta la presidencia en el Consejo de la Unión Europea.
Este escenario no es nuevo. La ciudadanía se enfrentó a las elecciones del 28 de abril de 2019, cuyo resultado acabó en un bloqueo de Ciudadanos para no dejar a España en manos de Sánchez. En la repetición electoral del 10 de noviembre, Ciudadanos se estrelló, pese a la premonición de Rivera, y Sánchez con los aplausos del PSOE iniciaron los acuerdos con ‘morados’ y la extrema izquierda independentista de Cataluña y País Vasco, ofreciendo migajas al PNV por los servicios prestados en la moción contra Rajoy.
VOX DA EL ULTIMÁTUM Y FEIJÓO SE MANTIENE
En este escenario, no obstante, los españoles estarían volviendo de nuevo a las posiciones de centro, especialmente en el bloque de la derecha. Los damnificados serían los extremos, como Sumar y Vox, que sería el acusado de no pactar con el PP para investir a Feijóo. Los de Abascal descartan este panorama por completo, pero en el PP insisten que una posición tajante y férrea, como la mostrada en Extremadura, abocaría a nuevos comicios. de un bloqueo no es nuevo. Se dio en abril de 2019, con la destrucción de Ciudadanos. Los damnificados ahora serían Sumar y Vox.
«Los extremos serían los perjudicados en esta ocasión», apuntan fuentes politólogas. En caso de que el relato imponga un culpable, Vox tendría todas las papeletas y tendría que construir un argumento sólido, muy sólido, para poder contrarrestarlo. «Explicar por qué se mantiene a Pedro Sánchez, objetivo de la ira de sus seguidores, sería muy complejo», matizan.
LA GRAN COALICIÓN DE LA IZQUIERDA, LA AMENAZA
Por la otra parte, Sumar podría verse perjudicada ya que el PSOE construiría su argumento para aglutinar el voto de la izquierda. «Para esos comicios no se podría descartar incluso una gran coalición de izquierdas para hacer frente a una derecha dividida. Sería muy difícil, pero no imposible», apuntan.
Este escenario se Sumar y PSOE conjuntamente daría paso a una opción con serias posibilidades de Gobierno, más cuando tendrían a un PP aislado con unos conservadores agitados y dando un ultimátum, que en caso de una repetición electoral sería en vano.