En los confines de la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León, se encuentra un pequeño pueblo que parece sacado de un cuento de hadas: Puentedey. Anidado en un desfiladero esculpido por el río Nela, este encantador rincón de España es un verdadero tesoro tanto en términos de belleza natural como de patrimonio histórico y cultural. En este viaje a través de Puentedey, exploraremos sus fascinantes orígenes geológicos, sus tesoros arquitectónicos y su rica herencia cultural que lo convierten en un destino único en la provincia de Burgos.
1La roca del diablo y el puente de Dios
El nombre de Puentedey proviene de la imponente formación rocosa que domina el paisaje del pueblo: una enorme piedra que se alza sobre el río Nela formando un puente natural. Este puente natural, conocido como «Puente de Dios», ha sido esculpido por la erosión del agua a lo largo de milenios, creando una maravilla geológica que cautiva a todos los que la contemplan.
Según la leyenda local, el puente natural fue creado por el mismísimo Diablo como una artimaña para tentar a los lugareños a cruzar el río Nela. Sin embargo, la astucia de los habitantes de Puentedey frustró los planes del Diablo, quien, furioso, golpeó la roca con su cola y creó una grieta que dividió la piedra en dos, formando así el puente. Esta fascinante historia añade un toque de misterio y magia al encanto natural de Puentedey.