El ingrato final de los Fernández Díaz levanta ampollas en el PP catalán

  • Jorge y Alberto Fernández Díaz se han marchado por la puerta trasera del PP por decisión de Casado.
  • El exministro y el exportavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona no han tenido ningún tipo de reconocimiento.
  • El primero regresará a su labor como inspector de trabajo y el segundo podría incorporarse a una multinacional.
  • «Los han echado para colocar a un empresario histriónico y a una tertuliana de Losantos». Con estas palabras resumen algunos pesos pesados del PP catalán el amargor que han sentido por el ingrato final que Pablo Casado les ha dispensado a los Fernández Díaz, relevados por una persona ajena al partido como Josep Bou o por una ‘paracaidista’ como Cayetana Álvarez de Toledo.

    Jorge, exministro de Interior, fue elegido presidente provincial en 1983. Alberto, exportavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, recogió su acta en 1987. Ambos son historia de los populares en Cataluña, ahora en manos de un Alejandro Fernández que está aguardando en un prudente segundo plano al posible adelanto electoral.

    Alberto pensó que después de más de tres décadas de servicio podría recibir un premio en forma de acta de eurodiputado. Jorge también sonó. Pero Casado rechazó a ambos para cortar amarras con la vieja guardia. Jorge se reincorporará como inspector de trabajo y Alberto podría fichar por una conocida multinacional dedicada al marketing. Donde hay confianza…

    SOLO SE SALVA MADRID

    Para Pablo Casado solo se salva Madrid, donde gobernarán sus chicos, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso, que tanta incomprensión levantaron por una nefasta campaña cuyos efectos nocivos se evaporaron el 26-M.

    Peor están las cosas en Galicia, donde Alberto Núñez Feijóo gobierna en mayoría con unas pésimas previsiones: el PP no gobernará ninguna de las siete principales ciudades y la falta de implantación de Ciudadanos y Vox puede ser a la larga nociva.

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    En Asturias tampoco tiran cohetes en plena bicefalia: Teresa Mallada, imputada por el ‘Caso Hulla’, reporta a Génova 13 mientras que Mercedes Fernández, «Cherines», es consciente de que se precipitó pidiendo la cabeza de Casado tras la debacle de las generales. Solo se salva Oviedo, donde el alcalde se ha estrenado haciendo el ridículo

    Cantabria tampoco es un territorio apacible: María José Sáenz de Buruaga ha logrado unos números discretos tras ser candidata por la renuncia de Ruth Beitia. La baronesa fue acusada de utilizar a una persona con minusvalía para ganar las primarias y ahora tiene que aguantar la sombra del expresidente Ignacio Diego y de Gema Igual, reelegida como alcaldesa de Santander.

    MÁS PROBLEMAS PARA EL PP

    El PP también sufre problemas en Euskadi, donde las pretensiones de Alfonso Alonso respecto a Casado chocan con sus perspectivas y resultados. Peores ánimos hay en La Rioja, donde la derrota en comunidad y capital ha provocado que José Ignacio Ceniceros se ponga en puestos de salida mientras Cuca Gamarra espera órdenes de Génova 13 para intervenir.

    En Navarra tampoco hay fiesta y algunos históricos miraron con desagrado que Casado se llevase al Congreso a Ana Beltrán para agradar a Javier Esparza, líder de UPN que no traga las formas de la baronesa popular.

    El PP en Aragón pone en duda el liderazgo de Luis María Beamonte, salpicado por una carrera en la Universidad Rey Juan Carlos I; en Baleares ocurre lo propio con Biel Company y en la Comunidad Valenciana también pasa con Isabel Bonig.

    Tampoco corren buenos tiempos para los populares castellano-manchegos tras la derrota de Francisco Núñez y el pacto PSOE-Ciudadanos que los ha dejado fuera de los principales ayuntamientos. Ni para los canarios, donde Asier Antona ha intentado articular sin suerte un Gobierno pese a ser tercera fuerza.

    LIDERAZGOS CONSOLIDADOS

    El poder consolida a los barones: Juanma Moreno salva su distancia con Casado gracias a la histórica conquista de la Junta de Andalucía; Alfonso Fernández Mañueco aplaca a los críticos por su presunto pucherazo en las primarias gracias a pactar Gobierno; y Fernando López Miras achica espacios a los rivales internos tras saber que gobernará la Región de Murcia.

    PP
    Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez-Almeida celebrando los resultados electorales del 26-M. Foto: Flickr.

    Sí que habrá relevo en Melilla, ciudad autónoma en la que Juan José Imbroda perdió el poder antes de mostrar una actitud violenta. Elevado ego tenía el presidente a pesar de que se evidenció de que su hijo compraba votos al peso. También podría haber cambio en Extremadura, donde José Antonio Monago no ha podido evitar la mayoría de Fernández Vara.

    TRABAJO DE TEO

    Teodoro García Egea tiene un trabajo hercúleo por delante: dieciséis de las diecisiete comunidades autónomas supondrán un problema para Pablo Casado, que solo se siente seguro en la Comunidad de Madrid.

    El presidente del PP es consciente de que Feijóo labra su perfil propio y que al menos sobreviven cinco baronías ‘sorayistas’: Juanma Moreno en Andalucía; Alfonso Alonso en Euskadi; Isabel Bonig en la Comunidad Valenciana; ‘Cherines’ en Asturias; y Sáenz de Buruaga en Cantabria. Y la situación en La Rioja, Aragón, Baleares o Cataluña puede convertirse en insostenible.

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    Pablo Casado deberá salvar todos estos escollos mientras intenta desgastar a Pedro Sánchez y hacer malabares para que no le haga sombra Albert Rivera, que no sufre las citadas tensiones territoriales porque Ciudadanos funciona de forma centralizada desde Madrid. Más tranquilidad. Y menos democracia…