Sin acuerdo en la Unión Europea, continúa la negociación para el reparto de altos cargos

La negociación se está prolongando más de lo deseado y está alterando la agenda de los líderes europeos. De hecho, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, tendrá que mantener la reunión programada para hoy con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para fijar al fecha del debate de investidura, por teléfono, porque se le requiere en Bruselas. De esta forma, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea continuarán este martes las negociaciones para el reparto de los altos cargos de las instituciones comunitarias, ante las dificultades para lograr un equilibrio satisfactorio para las tres principales familias políticas, tras más de 24 horas de contactos bilaterales y negociaciones a Veintiocho en Bruselas.

El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha tomado la decisión de «suspender» la cumbre extraordinaria que arrancó el domingo en la capital europea y retomarla hoy a partir de las 11:00 horas, según ha informado su equipo.

Se necesita más tiempo para salvar las diferencias que alejan a ‘populares’, socialistas y liberales

Tras anularse la sesión de este lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el resto de líderes de la familia socialdemócrata se reúnen en la delegación española para analizar la situación.

El aplazamiento responde a la necesidad de dar más tiempo para salvar las diferencias que alejan a ‘populares’, socialistas y liberales y tratar de romper el punto muerto en el que se encuentra la situación, han explicado a Europa Press varias fuentes europeas.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho que es posible el acuerdo pero que es necesario tomarse algo más de tiempo y ha avisado de que tomar decisiones «con precipitación» podría llevar al riesgo de crear «tensiones en el Consejo durante los próximos cinco años».

«No importa si nos lleva otro día o dos días llegar a este acuerdo», ha continuado Merkel, para quien «será complicado pero posible» alcanzar un acuerdo a tiempo de la constitución del nuevo Parlamento Europeo este miércoles.

La propuesta de Francia, Alemania, España y Países Bajos que colocaba a Frans Timmermans al frente de la Comisión Europea provocó malestar en el Partido Popular Europeo

La negociación formal arrancó con una cena el domingo, tras una jornada de contactos bilaterales, y tomó como punto de partida una propuesta diseñada entre Francia, Alemania, España y Países Bajos que colocaba al candidato socialdemócrata, el holandés Frans Timmermans, al frente de la Comisión Europea.

A pesar de contar con el aval de la canciller alemana, esta propuesto despertó el malestar en el resto de líderes de la familia del Partido Popular Europeo, porque suponía renunciar a la jefatura del Ejecutivo comunitario a pesar de ser la fuerza más votada en las elecciones europeas de mayo y porque relegaba a su candidato, el alemán Manfred Weber, a la presidencia de la Eurocámara.

La familia de los Liberales, a su vez, vería sus aspiraciones satisfechas con el sillón de Alto Representante de Política Exterior de la UE para el aún primer ministro belga, Charles Michel, y la primera vicepresidencia del Ejecutivo comunitario para la danesa Margrethe Vestager.

A lo largo de la segunda jornada de negociaciones, el diseño se revisó para colocar en la presidencia del Consejo europeo a la búlgara del Partido Popular Europeo Kristalina Georgieva, con el objetivo de contentar al PPE y cumplir con criterios de equilibrio geográfico y de paridad de género. El nombre de Georgieva, sin embargo, no ha llegado a consolidarse y ya ha sido descartado.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha asegurado al término del encuentro que el paquete ha encontrado la oposición de «entre diez y once países», que por distintos motivos no aceptaban la designación de Timmermans, aunque los líderes no han llegado a someter a votación ni ésta ni ninguna otra propuesta.

El aún vicepresidente primero en funciones del Ejecutivo comunitario ha mantenido a lo largo de esta legislatura unas tensas relaciones con Polonia y Hungría por sus polémicas reformas judiciales y las dudas sobre el respeto del Estado de derecho en estos países, lo que ha puesto a los países que forman el grupo de Visegrado en contra del holandés.

Italia, por su parte, también ha planteado reservas al ‘plan Timmermans’, no porque tenga nada en contra de la persona, ha asegurado Conte, sino por el modelo de designación que representa –el de los cabeza de lista a las europeas-.

«No era un criterio que aportara soluciones», ha insistido el mandatario transalpino, que se ha mostrado «perplejo» porque Tusk llevara a la mesa de negociación una propuesta «que no funcionaba».

Otras delegaciones conservadoras, como la de Irlanda, Croacia o Letonia pusieron trabas al diseño encabezado por Timmermans en la Comisión, en parte porque el PPE sigue sin querer renunciar a este puesto, pero también porque, según fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press, el primer ministro croata y negociador ‘popular’, Andrej Plenkovic, reclamaba ser el vicepresidente primero del nuevo Ejecutivo comunitario.

A su salida del segundo día de negociaciones, Plenkovic ha dicho que «todo sigue abierto» y que la candidatura de Timmermans «no fue la única opción», aunque ninguna se sometió finalmente a voto.