La Covid-19 reduce preocupación por la privacidad de los datos en España

La pandemia ha provocado que los ciudadanos europeos estén cada vez más a favor de la vigilancia por parte del estado y del uso de sus datos personales para combatir la propagación del virus, además de aumentar el número de partidarios de una mayor regulación para frenar el impacto de la automatización en el trabajo, según algunas de las principales conclusiones de la segunda edición del informe anual European Tech Insights del Center for the Governance of Change (CGC) de IE University.

Así, el informe ‘European Tech Insights 2020’ analiza la percepción de la ciudadanía en nueve países europeos (Francia, Alemania, Estonia, Italia, España, Portugal, Polonia, Países Bajos y Reino Unido) acerca de la Cuarta Revolución Industrial y el papel de la tecnología y las empresas tecnológicas en la sociedad, frente a sus homólogos de Estados Unidos, China y México. La encuesta contó con un total de 2.883 participantes en todo el mundo.

Antes de la pandemia, el 53% de los europeos opinaba que los gobiernos no debían compartir los historiales médicos de sus ciudadanos con empresas como Google sin su consentimiento previo, aunque hacerlo ayudara a desarrollar nuevos tratamientos médicas y a la detección temprana de enfermedades.

Sin embargo, en los últimos tres meses, esta preocupación por la privacidad ha disminuido según constata el estudio: en España, esta cifra bajó del 56% al 45% entre enero y abril, y en Italia la caída fue del 52% al 39% en el mismo período.

La pandemia también ha impactado en la percepción de la privacidad de los datos en general. En enero, el 47% de los españoles estaba dispuesto a recortar su privacidad por el bien del crecimiento económico y la seguridad personal. Esta cifra llegó al 51% en abril, un aumento global del 11%.

El informe también revela que en dos de los primeros países europeos afectados por el coronavirus, España e Italia, una mayoría (67% y 79%, respectivamente) apoya ahora la implantación de sistemas de rastreo restrictivos como los desplegados en China.

Del mismo modo, el número de ciudadanos que están dispuestos a ver limitada su privacidad a través de más vigilancia mediante CCTV o en redes sociales por parte de los gobiernos también ha aumentado en los últimos tres meses en un 15% en Italia y un 4% en España.

Asimismo, el 69% de los estadounidenses y el 51% de los chinos no estaban de acuerdo con compartir sus datos personales antes de la pandemia. Sin embargo, estos números han disminuido en 10 puntos porcentuales en ambos países desde enero.

Además, la COVID-19 ha reforzado el sentimiento anti-automatización. Antes de la pandemia, el 42% de los ciudadanos españoles opinaban que los gobiernos europeos «deberían limitar la automatización por ley, para salvar puestos de trabajo y evitar el desempleo tecnológico».

A mediados de abril, esta cifra había aumentado en un 14% en España, momento en el que el país estaba experimentando un número récord de contagios. En China, casi se duplicó el apoyo a medidas para limitar la automatización, del 27% al 54%, tras el inicio de la pandemia.

«El impacto más significativo de la pandemia es que los países más afectados han visto una notable disminución de la preocupación por la vigilancia y la privacidad de los datos, como es el caso de España. Además, el consenso entre los españoles para gravar a las grandes empresas tecnológicas y limitar la automatización para proteger el empleo va en aumento» asegura el director Académico del Center for the Governance of Change de IE University, Oscar Jonsson.

GOBERNANZA, COMERCIO Y REGULACIÓN

En el informe ‘European Tech Insights 2020’ también se examinaron diversas cuestiones, entre ellas, las actitudes proteccionistas hacia el comercio, la regulación de las nuevas tecnologías y las repercusiones de la COVID-19 con respecto a la privacidad de los datos y la vigilancia.

En Gobernanza, el 37% de los jóvenes europeos (18-35 años) prefieren que los ‘avatares digitales’ (algoritmos con acceso a nuestros datos para definir nuestros valores) y no los políticos, representen sus intereses en los parlamentos nacionales. En cambio, solo el 19% de los grupos de más edad valoran positivamente esta opción. En China, los apoyos son significativamente más altos, con el 61% que se declara muy a favor de los avatares digitales.

En Comercio, el 41% de los europeos (42% de los españoles) piensa que Europa debería seguir el ejemplo de Estados Unidos y aumentar los aranceles sobre los productos chinos para proteger la economía de la región. Esta opinión es especialmente popular en Francia y Polonia, donde más del 50% de los ciudadanos apoyan la imposición de más barreras comerciales. En cambio, Alemania y Estonia están muy en contra, con el 54% y el 59% de los encuestados, respectivamente, en total desacuerdo con la imposición de aranceles sobre los productos chinos.

En Regulación, una media del 61% de los europeos cree que los gobiernos deberían adoptar nuevas medidas legales que obliguen a las empresas de la gig economy como Uber y Deliveroo a cumplir con la misma normativa laboral que las empresas tradicionales. Esta cifra es significativamente más alta en España, con un 75% a favor de dicha regulación.

Por último, el 70% de los europeos encuestados piensa que los gobiernos deberían aumentar los impuestos para viajar en avión, especialmente en los vuelos domésticos que pueden realizarse en tren, con el fin de reducir su impacto medioambiental, un porcentaje que es mayor entre los grupos de más edad que entre los más jóvenes.