Con la llegada del verano, la piel es una de las principales partes del cuerpo que debemos cuidar. Ya sea cuando nos bañamos en la piscina o en la playa, en el trabajo o tomando el sol, tenemos que protegerla para evitar quemarnos con los rayos ultravioleta del sol. Por ello, en el mercado encontramos diferentes marcas y niveles de cremas solares, un producto muy demandado en esta época estival para cuidar nuestra piel. Dependiendo del tipo de cuerpo que tenemos, existen diferentes factores de loción. Por ello, aquí analizamos su importancia para la piel, el funcionamiento que tienen y sí las cremas solares también caducan si no las utilizamos.
Las cremas solares, una importancia para cuidar nuestra piel
Las cremas o protectores solares son una fuente de hidratación para nuestro cuerpo, que nos protege de quemarnos en las exposiciones de sol. Asimismo, nos ayuda a mantener hidratados nuestro cuerpo, con una serie de beneficios que nos aportan a la hora de su aplicación. Sobre todo, el beneficio más importante es que nos protege de los rayos ultravioleta del sol.
También, retrasa el envejecimiento de la piel, debido a que si nos exponemos demasiado al sol, los poros de la dermis se van dañando. Aparte de ser un hidratante para la piel (como otra crema), evita la aparición de manchas u hongos, que pueden dañar la imagen estética de la persona. Asimismo, potencia más el efecto bronceado que obtenemos del sol.
La fecha de caducidad, un elemento importante
Un aspecto destacado a la hora de echarnos nuestra crema solar es la fecha de caducidad. Mucha gente se pregunta si, al sobrar crema solar en un periodo estival, podemos utilizarla al verano siguiente. Por ello, hay muchas marcas de crema solar que no tienen fecha de caducidad impresa en su bote.
En la mayoría de marcas de protectores solares, suele haber una fecha de caducidad para los próximos tres años. De manera que puedes reservar tu bote de crema solar para dos veranos más. En el caso de que no tenga fecha de caducidad, una manera para averiguar cuando caduca es no tirar el ticket de compra de la tienda donde lo hemos comprado. De este modo, contaremos tres años más tarde para tirar nuestro producto caducado.
