Un 26% de los jóvenes en España se declara habitual de la fiesta, según un estudio de la Fad

Un 26% de los jóvenes en España se declara habitual de la fiesta, según se desprende de la investigación ‘Ocio y modelos de vida. La inevitable consolidación de las tecnologías en el tiempo libre de la juventud’, realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad.

Según la tipología ‘Cinco tipos de jóvenes y cinco estilos de vida desde el uso del tiempo libre y las tecnologías, que se incluye en esta investigación, hay un 20% de jóvenes integrados/as y normativos/as, un 13% que busca «diversión a toda costa de lo que sea», un 23% que se declara «casero», un 26% «habituales de la fiesta» y un 18% «desconectado del ocio».

Coincidiendo con el Día Internacional de la Juventud, la Fad ha explicado que, a través de esta tipología, busca ofrecer una radiografía de la juventud española a partir del uso y disfrute que realizan de su tiempo libre, el papel que le otorgan a las TIC y la satisfacción vital que estos aspectos les ofrecen.

En este sentido, añade que aunque la tipología ofrece una serie de tendencias generalizables entre los y las jóvenes, «es imprescindible, a la hora de leerla, tener en cuenta la diversidad de un colectivo que comparte edad pero que es tremendamente heterogéneo desde muchos puntos de vista». El estudio ha sido realizado a partir de un cuestionario online y 6 grupos participativos, aplicados en una muestra de 2000 jóvenes de ambos sexos con edades comprendidas entre los 15 y 29 años.

De esta forma, la tipología, realizada mediante un análisis estadístico de clúster o conglomerados, presenta el primer grupo, denominado integrados/as y normativos/as (20%), una juventud que se acoge a un modelo de ocio «políticamente correcto».

Estos jóvenes integrados son de los que más importancia ofrecen al uso de redes sociales e internet y enfatizan por encima de la media el uso de videojuegos y consolas. Además, incorporan actividades culturales y educativas (lectura, asistencia a museos, exposiciones o espectáculos, etc.) como alternativa al ocio vinculado a las salidas nocturnas y a los juegos de azar y/o apuestas.

«Este conjunto presenta un optimismo vital desde ideologías del centro izquierda. Encontramos en él más mujeres que hombres. Muchos de ellos y ellas son menores de edad, estudiantes y pertenecen a clases medias», apuntan los autores del estudio.

Respecto al tipo 2, denominado ‘Diversión a costa de lo que sea’ (13%), representa el modelo estereotípico de «parque temático juvenil» en el que prevalece el disfrute del ocio con énfasis en la marcha nocturna.

En este caso, las nuevas tecnologías son, para ellos y ellas, herramientas útiles para «ligar más», «conocer a gente», «compartir lo que se hace» y, por lo tanto, una prolongación del tipo de ocio que llevan a cabo.

Los jóvenes de este grupo muestran una gran satisfacción vital, a través de valores y comportamientos vinculados con el presentismo, y cuentan con los recursos y el tiempo necesario para desarrollar su ocio. Además, manifiestan una tendencia más acusada hacia el riesgo que el resto del conjunto.

«En este agrupamiento encontramos más hombres que mujeres. Suelen vivir en las grandes ciudades y pertenecer a las clases media o alta. Viven en pareja y trabajan», aclaran los expertos de la Fad.

En el tipo 3, los Caseros (23%), destaca su valoración negativa de la práctica de todo tipo de actividades que se desarrollan fuera del espacio del hogar, tanto las que se refieren a las salidas nocturnas como las que tienen que ver con el ámbito cultural.

Es el grupo que dispone de menos recursos económicos y, por tanto, invierte menos dinero en su tiempo libre. Las nuevas tecnologías se perfilan como aliadas de este ocio indoor en el que predominan prácticas como jugar a videojuegos, chatear o navegar por internet. Al igual que otros, también contemplan las redes sociales como un posible escenario para relacionarse.

VISIÓN PESIMISTA DEL FUTURO

Según la Fad, es uno de los grupos con una visión más pesimista del futuro, y uno de los que considera que le resultará más difícil conseguir un trabajo acorde con sus expectativas. Pertenecen a la clase baja o media, y conviven en núcleos pequeños con la familia de origen. En muchos casos, están en paro y únicamente han cursado estudios básicos.

En relación con el tipo 4, definido como «Habituales de la fiesta» (26%) prefieren un modelo de ocio centrado en la marcha y las salidas nocturnas que presenta similitudes con el segundo grupo, pero se diferencia en que en sus prioridades no se halla la apuesta por el riesgo. Además, compaginan la «fiesta» con otras actividades como hacer deporte y estar con amigos y amigas.

Los investigadores indican que estos jóvenes son proclives al consumismo por lo que incorporan entre sus actividades de ocio hacer compras online. Aunque, al igual que otros tipos, emplea las redes sociales como herramienta para relacionarse con sus iguales.

De esta forma, socialmente, es un tipo más frecuente entre las mujeres, y entre quienes superan los 20 años. También tiene más presencia entre quienes no se ubican en las clases bajas, y en las grandes ciudades.

Finalmente, los «Desconectados/as del ocio» (18%), se presentan más distanciado del ocio como referente vital que los demás, sienten menos satisfacción con la vida en general y con el uso que realizan de su tiempo libre en particular.

El estudio revela que les resulta más ajeno que a los demás todo lo que se vincula con la tecnología y las redes sociales. También puntúan por debajo en jugar a videojuegos, chatear o navegar y ver películas o series online o en streaming.

Asimismo, destaca entre jóvenes de 25 a 29 años, y entre las mujeres. Hay mayor representación de este tipo en la clase baja y media-baja, en los núcleos de población pequeños y entre quienes viven solos o solas. También destacan entre quienes están en paro, y entre quienes se ubican en el centro o la izquierda política.