Estamos a unas horas de lo que se ha bautizado como ‘nueva normalidad’, el estado de alarma finalizará y trataremos de retomar nuestras vidas, aunque las cosas no serán como antes de la pandemia. Seguiremos teniendo algunas restricciones y las mascarillas continuarán siendo un elemento presente, parte ya del paisaje urbano. Esto significa que todos tenemos que tener nuestras mascarillas en casa y cuidarlas como es debido, desecharlas cuando corresponda o desinfectarlas de la manera adecuada según el tipo. Y aunque creamos que no hemos librado porque las noticias no son alarmistas, no nos podemos descuidar y hemos de escoger la protección más eficaz para nuestras circunstancias. ¿Qué recomienda la OCU al respecto?
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Son las que están catalogadas con las nomenclaturas FFP2, FFP3, N95, KN95, KF94, y son también las que más protegen. Las utiliza el personal sanitario que tiene que estar en contacto directo con personas afectadas por covid-19, especialmente las FFP3, que son las de mayor eficacia y las reservadas para aquellos que tratan a pacientes y están en contacto con la respiración del enfermo (intubaciones, tratamientos, etc.). Protegen desde ambos lados, impidiendo que los microorganismos exhalados alcancen a otras personas y que los virus del exterior puedan llegar a nosotros. Son también una eficaz barrera contra aerosoles, gases y secreciones gruesas.
