El virólogo García Sastre señala que la vacuna AstraZeneca, hasta ahora, aporta más beneficios que riesgos

El virólogo, investigador, catedrático de medicina y microbiología y jefe de Patógenos Emergentes en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York, Adolfo García Sastre, ha señalado que, «hasta ahora», la vacuna de AstraZeneca ha aportado un beneficio «mucho mayor» que el posible riesgo de trombosis.

Durante su participación en la videoconferencia ‘Desarrollo de antivirales y vacunas contra COVID-19. ¿Qué nos queda todavía?’ del ciclo ‘Retos para el Futuro’ de Fundación Ibercaja, ha precisado que hay que conocer lo que finalmente deciden los organismos internacionales sobre si AstraZeneca se puede seguir usando, a pesar de sus efectos adversos, pero ha defendido sus beneficios y ha asegurado que la inoculación de la población es lo que va a acabar con la pandemia.

«Si realmente se prueba que existe un riesgo de trombosis en unas pocas personas, es cuestión de localizar a estas personas que pueden desarrollar las trombosis para que puedan ser tratadas».

Ha detallado que hay «muchos tipos de medicamentos» que pueden generar trombosis, «pero son casos que normalmente pueden ser tratados y eso es lo que hay que tener en cuenta y valorar el beneficio que se obtiene». Ha remarcado que el mundo está en un momento muy crítico en el que hay muchos casos.

«Cuanta más gente esté vacunada, más fácil acabaremos con lo que ocurre con este virus. La vacuna de AstraZeneca tiene una eficacia que es lo suficiente como para poder acabar con la crisis sanitaria actual».

En general, ha desgranado que las vacunas de COVID-19 inducen una respuesta de anticuerpos neutralizantes muy elevada y solo si estos anticuerpos son bajos, «que no es el caso de la mayor parte de la gente vacunada», la mutación del virus E484 –una de las que ha presentado el coronavirus– puede afectar a la persona inoculada.

«Las vacunas de COVID-19, si se usan como se tienen que usar, van a acabar con la pandemia, pero solo si se administran a la mayor parte de la población». Aunque, incluso si se usan bien, ha continuado, no van a acabar con todas las infecciones, va a continuar habiendo casos, aunque no tan numerosos como para suponer una crisis sanitaria y económica.

Precisamente por los casos que van a seguir existiendo, serán necesarios tratamientos y «quizá estrategias vacunales adicionales, por ejemplo, revacunaciones, pero no serán para evitar una crisis sino para poder tratar mejor».

Sorbe la vacuna Sputnik ha expuesto que también tiene datos muy buenos de eficacia, aunque se haya tardado más en poder ver. Al respecto, ha lamentado que no exista una cooperación internacional real a nivel de agencias regulatorias de medicamentos y vacunas.

De hecho, ha sostenido que esta cooperación sería una de las claves para acabar con futuras pandemias que, ha asegurado, volverán a llegar, aunque sea dentro de un par de generaciones. Así, ha recalcado que todavía se está esperando una pandemia de gripe.

«La mitigación de pandemias futuras pasa por un mayor apoyo a la ciencia y a los sistemas sanitarios y de salud pública, que es uno de los grandes problemas que ha habido con esta pandemia, y una mejor cooperación internacional y nacional».

García Sastre ha aprovechado para indicar que esta cooperación es también la que se necesita para solucionar otros problemas como la desigualdad económica en el mundo o el cambio climático.

ESTRATEGIAS DE VACUNACIÓN

Durante su intervención, el virólogo ha comentado que todas las vacunas utilizan un antígeno que es la proteína S. Por el momento, en el mercado hay dos tipos, las que están basadas en adenovirus que expresan la citada proteína, como AstraZeneca o Sputnik, y las genéticas, como Moderna o Pfizer. Ha afirmado que todas ellas son muy potentes.

Asimismo, ha recordado que todas las vacunas que han sido aprobadas son intramusculares, por lo que dan muy buena inhibición en sangre, «pero el virus realmente infecta el aparato respiratorio» y estas inoculaciones no llegan muy bien a la parte respiratoria alta, que no da lugar a enfermedad severa pero no evitan el contagio, solo lo pueden disminuir.

García Sastre ha agregado que aunque las vacunas de COVID-19 se han producido en un tiempo récord no se han saltado pasos, solo se han gestionado más rápido debido a que se está en una emergencia sanitaria. Además, ha apostillado que tienen «una eficacia espectacular y seguridad».

Pero ha aseverado que todavía quedan muchas cuestiones sin resolver, como la duración de la protección, aunque los datos indican que, al menos con la vacuna de Pfizer, es mayor a seis meses. Pese a haber varias vacunas, ha agregado que todavía se necesitan más, ya que hay que tener 16.000 millones de dosis en todo el mundo.

«Lo más importante es vacunar cuanto más mejor, porque en cuanto lleguemos a niveles vacunales que sean altos es cuando veremos un impacto en al cantidad de enfermedad que el virus causa», ha dicho.

MEDICAMENTOS

García Sastre, que es director del Centro de Investigación sobre la Patogénesis de la Influenza (CRIP), también ha hablado de las investigaciones que se están desarrollando en su laboratorio, sobre todo las relacionadas con medicamentos –antivirales y contra los síntomas de enfermedad severa– para luchar contra la COVID-19.

Ha relatado que los antivirales evitan que el virus se pueda propagar dentro del organismo, algo fundamental para el desarrollo de la enfermedad. Pero una vez que ya se ha propagado, hay que pasar a un tratamiento contra los síntomas.

Ha mencionado que la dificultad de los tratamientos de antivirales para la COVID en estos momentos es que son intravenosos, por lo que es difícil que se puedan administrar en fase temprana del virus.

Entre los tipos de antivirales, ha citado la inhibición de proteínas de las células del ser humano, ya que son necesarias para que el virus pueda replicarse. Esto puede ocasionar perjuicios en las personas pero también pueden ser compensados con medicación.

«Lo que hemos estado haciendo en mi laboratorio es estudiar si dentro de los medicamentos que ya se están usando en pacientes para las distintas dolencias, buscar si alguno da un impacto en la replicación del virus, si la inhibe».

Para ello, hacen predicciones sobre los medicamentos que pueden servir, los prueban en el laboratorio, luego en modelos animales y finalmente intentan que se hagan ensayos clínicos, esto último ya en otros tipos de laboratorios.

En este contexto, ha apuntado que el tratamiento con plitidepsina les está dando «muy buenos resultados» para reducir la replicación del coronavirus en ratones, siempre que se esté aplicando a modo temprano de infección de la enfermedad. Al respecto, se van a empezar estudios de fase 3.

ADOLFO GARCÍA SASTRE

Adolfo García Sastre se licenció en Ciencias por la Universidad de Salamanca en 1986, se doctoró por la misma universidad en 1990. Durante los últimos 30 años ha publicado más de 500 artículos científicos, y su investigación ha contribuido a un mejor conocimiento de la biología molecular, ciclo de replicación y virulencia tanto de los virus de la gripe como de otros virus importantes en salud humana, tales como los virus ébola, dengue y HIV.

Sus estudios han dado lugar a las bases para la identificación de nuevos antivirales y vacunas para el tratamiento y la prevención de infecciones víricas.

Es director del Centro de Investigación sobre la Patogénesis de la Influenza (CRIP), uno de los cinco Centros de Excelencia financiados por el NIAID para la Investigación y Vigilancia de la gripe. Fue uno de los primeros miembros de la Sección de Estudio de Vacunas y miembro de la Sección de Estudio de Virología B de NIH.