Iglesias pide una indemnización de 5.300€ al mes por ser vicepresidente: «Es mi derecho»

Me parece una cosa vergonzosa. Que un diputado se pueda meter seis mil quinientos euros en la cuenta cuando la mayor parte de los ciudadanos de su país no llegan a mil, me parece una barbaridad”, decía Pablo Iglesias frente a Albert Rivera en el coloquio orquestado por Jordi Évole para ‘Salvados’ en 2015. Han pasado seis años, y ahora el líder de Unidas Podemos ha solicitado cobrar durante un mes la indemnización a la que los miembros del Gobierno tienen derecho tras el cese en sus funciones. Las críticas hacia el candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid no se han hecho esperar. Y cada uno hacia una arista del acto en sí.

La noticia la publicaba en primicia maldita.es, tras solicitar información al respecto a la Oficina de Conflictos de Intereses, que depende del Ministerio de Política Territorial. Cierto es que según la norma Decreto 1120/1966, los altos cargos del Gobierno que resulten cesados tienen derecho a solicitar una pensión compensatoria del 80% de su sueldo, por un periodo equivalente al que han ejercido sus responsabilidades públicas. En el caso de Pablo Iglesias, dado que ha estado 14 meses como Vicepresidente, con un sueldo base (pluses de libre disposición excluidos) de 79.746,24 euros anuales, le corresponder 5.300 euros mensuales. La gran duda que ha inundado la polémica hoy si, aun siendo un derecho laboral, es ético que opte por no renunciar a esa asignación.

PABLO IGLESIAS SE JUSTIFICA: SÓLO HASTA QUE ENTRE EN LA ASAMBLEA

Hasta 1980, esta pensión compensatoria era vitalicia. Desde la aprobación del Real Decreto-ley 20/2012, esta compensación es incompatible con cualquier otra retribución, pública o privada. «Me corresponde y durante el tiempo que no sea diputado, como otros ex-ministros y otros ex-vicepresidentes, pues son los ingresos que voy a tener», justifica hoy en la entrevista concedida a Mónica López en ‘La hora de La 1’.

Ante la pregunta de la presentadora sobre si su electorado va a entender que después de años de criticar las ventajas de la clase política, lo solicite, Iglesias ha hecho su ejercicio favorito de dispersión del tema: «Creo que todo el mundo tiene que entender que cuando hay ministros de Unidas Podemos, esos ministros van en los mismos coches que los ministros del Partido Popular, o los del Partido Socialista. Y tienen el mismo tipo de protección», comenzaba.

Lanzado el humo, tocaba meter más cizaña: «Y cobra el mismo salario, aunque nosotros donemos una parte del salario que eso no lo hacen los demás. Hay algunos que piensan que nosotros no tendríamos derecho a lo mismo que el resto que ha estado antes en posiciones de Gobierno. Y hay que entender que eso no puede ser», continuaba.

Mónica López le recordó a Pablo Iglesias, que, por ejemplo, Salvador Illa, también con el mismo derecho que el ex vicepresidente segundo del Gobierno, renunció a solicitar la indemnización, prerrogativa que pueden ejercer todos los que tienen derecho a esta pensión compensatoria que él sí ha solicitado.

Entonces llegó el momento clave, la justificación de Pablo Iglesias: «No sé si el PSC le pagaría un sueldo al ministro Illa o estuvo un mes sin cobrar absolutamente nada. Lo que pasa es que nuestro electores entienden perfectamente que determinadas cosas nunca generan una noticia si es con cualquier otro partido político. Si es con Unidas Podemos, eso siempre es objeto de atención informativa», disparaba.

De nuevo, Pablo Iglesias cargando contra los medios de información, como ya ha hecho en la pre-campaña. La presentadora dejó de repreguntar.

EL VIEJO DISCURSO CON EL QUE QUIERE RECABAR AL DESENCANTADO

Detrás de este ejercicio de dispersión argumental política, Pablo Iglesias enlaza con una de las líneas discursivas de su campaña: los poderosos no quieren que Unidas Podemos gobierne. Le valió en 2015 para llegar al Parlamento Europeo y en 2017 para irrumpir en el Congreso.

Ahora, con todos los casos de incongruencia ética para con los valores de las bases que han protagonizado tanto el propio Pablo Iglesias como Irene Montero o Monedero, ¿serán suficiente el cambio estético y estas viejas alusiones? Recordemos el giro que han dado en los últimos cuatro años:

  • Fin del límite de 3 salarios mínimos para los cargos públicos.
  • Adquisición de un chalet con una hipoteca de 540.000 euros.
  • Supuestos cobros irregulares asociados a Impulsa, el fondo social al que donan parte de su sueldo.
  • La supuesta niñera con salario de alto cargo de libre designación para la menor de sus hijas.
  • Pluses a los altos cargos por su rendimiento, libres de tributación.
  • Autoproclamarse candidato de Unidas Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y después que lo ratifiquen los inscritos.
  • Elegir a dedo a la sucesora, e igual operativa interna.
  • Presentar la solicitud para un mes de la compensación por cese cuando ha sido él quien ha dimitido, cuando en realidad, su derecho decae en cuanto tenga cargo público y asignación.
  • Una declaración patrimonial cuanto menos llamativa, y una transparencia no actualizada ni siquiera en la web del partido que lidera.

Aunque en las consultas internas cuenta con el apoyo de las bases, a nivel electoral, en España, el PSOE le ha recuperado voto, y en Madrid, Íñigo Errejón también.

En el hipotético caso de que Pablo Iglesias no consiga un escaño en la Asamblea de Madrid, cabría preguntarse si entonces volverá a la universidad como docente, retomará sus labores como tertuliano o terminará de aprovechar los 5300 euros mensuales que le corresponden para tomarse un año sabático y ayudar en el cuidado de sus tres hijos con Irene Montero. Desde luego, opciones no le faltan.

LOS OTROS EX MINISTROS: ¿QUIÉN RENUNCIÓ Y QUIÉN COBRÓ LA INDEMNIZACIÓN?

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Fuente: Portal de Transparencia. Consultado el 9 de abril de 2021. No consta el cese del ministro Salvador Illa, ni información de anteriores gobiernos a 2018.

Efectivamente, Pablo Iglesias tiene derecho a solicitar y cobrar su indemnización por cese. Y no porque sea ex ministro de Unidas Podemos sino por el cargo ostentado en los 14 meses que ha sido la oposición dentro del Gobierno. Ahora bien, dado que es una renuncia autónoma, a diferencia, por ejemplo, de Illa que no pidió ser candidato, aunque tampoco le hizo ascos, ¿es ético? Si se atiende a la Ley de Trabajo y la reforma laboral que quiere tumbar después de usar como un pañuelo, dado que en el BOE consta como que es Pedro Sánchez (aka, el Jefe), quien le cesa, sería como un despido improcedente y tendría derecho.

Más allá de Salvador Illa, cuyo efecto quiere replicar Pablo Iglesias en Madrid, hay que recordar que de la época de José Luis Rodríguez Zapatero, que tanto estima el líder de la formación morada, renunciaron a la compensación todos los ministros menos González-Sinde.