Iván Redondo busca sustitutos para purgar su Gobierno en septiembre

El presidente Pedro Sánchez tiene claro que la crisis de Gobierno debe servir para cambiar todo aquello que a su juicio, o no funciona correctamente, o no es del todo leal a los valores «sanchistas». Por el momento solo hay un puñado de nombres sobre la mesa que están en riesgo de perder sus cargos de responsabilidad. Sin embargo, el presidente ha iniciado su ronda de contactos de forma discreta para tantear posibles cambios tanto en la primera línea de Gobierno como en las autonomías. La idea del presidente es utilizar esta crisis para adelgazar la administración y coparla de cargos leales. Y al mismo tiempo, Sánchez pretende preparar a todas las delegaciones socialistas en las diferentes comunidades autónomas para que se presenten a las elecciones sin dudas internas ni potenciales deslealtades. Vamos, que quiere a gente afín en todos los cargos de confianza para evitar sorpresas.

Sánchez ha puesto a toda su maquinaria a funcionar. Iván Redondo, jefe de gabinete de Presidencia del Gobierno, es el encargado de hacer las entrevistas de trabajo. No es que haya ninguna oferta en LinkedIn de «se busca ministro socialista leal al presidente», pero sí que desde el departamento de fontanería que dirige Redondo con total control empiezan a tantear nombres mediante reuniones express.  ¿El objetivo? Sustituir a todas las caras que no funcionan, que son incómodas o sobretodo desleales con la mayor celeridad posible. Solo habrá una crisis de Gobierno y será a finales de verano: cuando la vacunación esté muy avanzada y cuando las ayudas europeas estén completamente al caer. Es ahí donde hay que aprovechar para sustituir a determinados nombres de cara a las próximas elecciones.

No hay que olvidar que el PSOE está de capa caída desde que la presidenta autonómica popular Isabel Díaz Ayuso ganó las elecciones de la Comunidad de Madrid. Es por eso que el presidente se ha tomado muy en serio lo de dar un giro importante a la fachada del Gobierno nombrando nuevos socialistas. La idea de Redondo no pasa solo por sustituir un par de ministros, como puede ser la cuestionada ministra de Exteriores, Arancha González Laya, o el de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, sino que se piensa aprovechar la coyuntura para tocar nombres también en las comunidades autónomas para no presentarse con sorpresas a las elecciones autonómicas de 2023. Todo un trabajo de depuración.

El presidente tiene la idea de tantear poco a poco a algunas personas afines al PSOE, sin sorpresas. A Sánchez le importa solo una cosa: la lealtad que le tengan quienes reciban el toque divino del presidente. El problema es que el líder socialista no quiere renunciar en ningún caso a la preparación y el tirón que puedan tener según qué perfiles; pero claro, encontrar candidatos así para ser cabeza de lista en las elecciones autonómicas, ministros o algunas direcciones generales de áreas importantes no es tan fácil. En cualquier caso, el plan pasa por tomar un café, tantear y ver por dónde van los tiros. Si se derrite con la llamada de Moncloa, es una buena señal. Si no, puerta.

Sánchez y Redondo han empezado ya, con el arranque de junio, a tantear. No quieren que la crisis de Gobierno proyectada para septiembre les pille con los deberes sin hacer. Quienes vayan a ser designados como candidatos, ministros o directores generales por el presidente del Gobierno lo sabrán antes o durante este verano. Parece que Redondo se ha tomado muy en serio lo de permitir que sus elegidos para sustituir a determinados altos mandos socialistas tengan los 15 días mínimos de antelación para avisar a sus jefes.

Pedro Sánchez busca adelgazar la administración pública

Aún así, el PSOE no tiene intención de abordar grandes cambios de nombres. De hecho, a nivel ministerial, Pedro Sánchez busca adelgazar la administración pública lo suficiente como para que el Consejo de Ministros no se confunda con un concierto de Iron Maiden.

Sobre todo habrá ceses más que sustituciones, pero también habrá algún que otro afortunado que se siente de nuevas junto al presidente. El asunto que más preocupa ahora mismo a Sánchez y a Redondo es dejar un partido leal al presidente en todos los sentidos; por lo que las reuniones con café de 15 minutos proyectadas por Sánchez tienen más enfoque autonómico que ministerial. El presidente sabe que su ególatra estilo de hacer política levanta mucho rechazo dentro del PSOE; hasta el punto de que no se quiere permitir el lujo de dejar algún fleco autonómico suelto.

Iván Redondo

El presidente del Gobierno ha empezado por lo más difícil: Andalucía. El feudo por antonomasia de los socialistas siempre ha sido esta comunidad autónoma que la candidata Susana Díaz se ha encargado de hundir con su estilo. Sin embargo, una vez consiga (si es que puede) colocar a Juan Espadas en sustitución de Díaz al frente del PSOE en Andalucía, empezará el trabajo en otras comunidades autónomas. Lo que no quiere Sánchez ahora es que aparezcan una Susana Díaz y un Javier Fernández que le vuelvan a poner todo su mandato patas arriba de un día para otro, como pasó hace unos años. Sabe que para controlar al PSOE tiene que controlar a sus candidatos, sin más. Y en esta tarea está.

Cafés, tanteos y a ver cómo se abordan los cambios. Esta es la estrategia que ha abordado el PSOE para este verano. Eso sí, el traslado lo hacen los otros hacia Moncloa, no vaya a ser que se pierda ese factor que hace que los demás se sientan intimidados.