El ‘Fondo Jesús Divino Trabajador’, impulsado por el Papa Francisco para los afectados por la crisis de la Covid-19, ha permitido ayudar a 2.500 personas a salir de la pobreza en su primer año de funcionamiento, gracias a los 1,7 millones de euros recaudados.
Los resultados de este fondo, que ha cumplido un año desde su puesta en marcha, se han presentado este miércoles en una conferencia en el Salón de los Emperadores del Vicariato de Roma. En el acto han participado el arzobispo Gianpiero Palmieri, la alcaldesa de Roma Virginia Raggi y el presidente de la Región del Lacio, Nicola Zingaretti, introducidos por el exdirector de la Cáritas diocesana, monseñor Benoni Ambaru.
El objetivo del Fondo, basado en la intuición y las indicaciones del Papa, era ayudar a quienes «lo han perdido todo» a causa de la Covid a obtener subsidios, ayudas a la subsistencia y a reintegrarse en el mundo laboral, según informa el portal oficial de la Santa Sede ‘Vatican News’.
Si bien, han puesto de relieve que el «efecto colateral» ha sido un trabajo capilar de escucha y cercanía, por parte de la Iglesia, pero también de las instituciones, para sacar a muchas personas del «abismo de soledad» al que el encierro y otras medidas restrictivas les han llevado.
La Región del Lacio y Roma Capitale se han unido al proyecto del Papa y han formado la Alianza por Roma. El primer millón de euros fue asignado por Francisco, luego la Región y el Campidoglio aportaron 500.000 euros y, con el tiempo, empresas y ciudadanos particulares también han contribuido con donaciones que ascienden a 201.000 euros.
El arzobispo Palmieri ha destacado que la iniciativa ha sido «un ancla de salvación y de esperanza». «Con este proyecto hemos intentado, cada uno a su manera y con sus propias habilidades, contrarrestar la tendencia al egoísmo ayudando a los demás», ha subrayado.
La alcaldesa Raggi, por su parte, lo ha calificado de «ejemplo de resiliencia». «Al inventar esta herramienta, gracias a una intuición del Santo Padre, en equipo creamos un colchón, un paracaídas, para reaccionar ante un choque inesperado. Hemos sido resilientes y logramos apoyar a nuestra comunidad», ha asegurado.
Raggi ha afirmado que Roma se ha distinguido desde la antigüedad por una larga historia de «solidaridad» y «generosidad», y ha instado a continuar por este camino porque «los efectos de la pandemia no han terminado» y porque «esta fotografía no es una instantánea sino un hecho estructural».
«Cuando decimos que nadie debe quedarse atrás, significa que tenemos que inventar proyectos para llegar a los últimos», ha añadido la alcaldesa, informando de que Roma Capitale ha abierto un fondo de microcréditos de 3 millones, para intervenciones inmediatas como el pago de alquileres y facturas o para las actividades de los pequeños empresarios.
Por su parte, Nicola Zingaretti ha advertido de la otra enfermedad que afecta a las personas, la de la soledad y, en este sentido, ha señalado que la Alianza por Roma, además de los vales de compra, los paquetes de alimentos y los fondos contra la usura, busca «tomar de la mano a las personas solas y devolverles la plena ciudadanía»
Asimismo, ha pedido un mayor esfuerzo de cara al Jubileo de 2025. «Roma jubilar no puede acoger a peregrinos de todo el mundo con estos índices de pobreza y malestar», ha enfatizado.
Finalmente, monseñor Ambarus ha alabado la fuerza de todas las mujeres en el peor momento de la pandemia. «¡Qué gran fuerza revelaron las mujeres durante este período! Vimos a madres que, para cuidar a sus hijos, hacían fila en los almacenes, aun a costa de estar con la mirada baja por la vergüenza. Pero estaban allí para defender el sistema familiar. La verdadera fuerza de las familias no son los ingresos, a menudo de los hombres, sino la fuerza moral de las mujeres», ha destacado.