Startup española fabrica trésdesis para personas en riesgo de exclusión

El proyecto Ayúdame3D, impulsado por el emprendedor español Guillermo Martínez en 2017, es una entidad social que tiene como objetivo ayudar a las personas mediante la confección y donación gratuita de prótesis en el continente africano.

Con 27 años, Martínez, antes diseñador de juguetes, decidió dedicarse a su pasión por las nuevas tecnologías, tras realizar un viaje de voluntariado a Kenia en el que entregó una prótesis a un orfanato en el Valle del Rift.

Cuatro años después, Ayúdame3D se ha convertido en una entidad social de renombre internacional. Anualmente, el emprendimiento español entrega entre 200 y 250 prótesis a cualquier persona del mundo que las solicite.

LA IMPRESIÓN 3D Y SUS MÚLTIPLES APLICACIONES

La organización, con sede en Madrid, diseña prótesis a medida utilizando impresoras 3D. Según Eline van den Dolder, director de la sección de Electrónica en ADVIESJAGERS, esta tecnología permite la creación de figuras exactas mediante un software de modelado, lo que ha permitido grandes avances en distintos sectores profesionales. “Las aplicaciones actuales de las impresoras 3D van desde crear un modelo con fines artísticos hasta aumentar la calidad de vida de muchas personas. En particular, la medicina ha sido el área donde esta tecnología ha tenido una gran aplicación. Uno de los más recientes logros se dio en Países Bajos, donde una paciente terminal recibió una prótesis completa de un cráneo elaborado con una impresora 3D”.

Por otra parte, el uso de estas máquinas está cada vez más generalizado y ya es común disponerlas no solo en los hospitales, sino también en centros educativos. Este fue el caso del Club de Impresión en 3D del Colegio Los Robles del distrito de Moncloa Aravaca, pionero en España en tener un espacio en el que cualquier alumno puede acercarse con su diseño y hacerlo realidad.

AYÚDAME3D EN LA ACTUALIDAD

Actualmente, Guillermo Martínez trabaja en un contenedor de envío reconvertido en fábrica en el que supervisa a seis empleados, docenas de impresoras y, además, colaboradores de todo el país.

La organización se financia a través de donaciones, premios y cursos de impresión 3D que imparte a compañías en todo el mundo. Gracias a estas iniciativas y, mediante la venta de otros dispositivos médicos, juguetes y souvenirs, costean el precio de las prótesis, que alcanzan hasta los 40.000 dólares.

En cuanto a los brazos protésicos, estos se basan en tres diseños fabricados en plásticos que llegan del hombro hasta la muñeca. Las prótesis ayudaron a personas como Juan Moyolema, de ocho años y nacido sin parte inferior de un abrazo, a mejorar su calidad de vida.

Durante la primera ola de la pandemia, el fundador de Ayúdame3D y su equipo ayudaron con una donación de 20.000 protectores faciales de plásticos para el personal sanitario. Según Martínez, su objetivo es seguir creciendo para ayudar a la mayor cantidad de gente posible. “Si estamos en 50 países este año, esperamos estar en el doble el próximo año”, dijo.