El escritor Manuel Vilas regresa a la novela con ‘Los besos’ (Planeta), una historia de amor entre un profesor jubilado y una mujer quince años menor a la que conoce durante su retiro a una casa de la sierra, ‘obligado’ por el confinamiento en los inicios del coronavirus, y que plantea entre otros temas la cuestión de «la adicción al enamoramiento».
«Las primeras fases del enamoramiento son un subidón comparable al de una droga dura, me río yo de la cocaína. Pero eso son las tres o cuatro primeras semanas, donde la vida se ilumina y cobra una intensidad maravillosa: no me extraña que los hombres quieran eso», ha explicado en una entrevista el autor de ‘Ordesa’.
Vilas va más allá de la idea instalada de que el amor ‘dura tres años’, resaltando en su novela que «dura tres meses». «Es muy interesante esto porque hay mucha indagación literaria y científica, pero ahora parece abandonado por la sociedad occidental, que ha transformado la pasión amorosa en otra cosa», ha cuestionado.
El protagonista de la novela de Vilas quiere seguir viviendo una pasión amorosa que no termine nunca y por ello vive con angustia la relación incipiente. «Es una de las obsesiones del amor, que eso se transforme en complicidad, ternura y amistad, perdiendo el sexo salvaje. Esa duda la tienen muchos seres humanos y llevamos 2.500 años de historia occidental sin que ningún sexólogo haya conseguido ilustrar esa insatisfacción», ha ironizado.
Con un homenaje constante al ‘Quijote’ y a ese amor idealizado de las páginas cervantinas –el protagonista llama Altisidora a su nueva pareja–, Vilas ha afirmado que ha tratado de huir de «lo cursi» al hablar del amor, «uno de los grandes temas insolubles y que incomoda mucho».
«Hablar de sentimientos nos sigue costando y del amor, más. El sexo tiene una parte terrible. ¿Por qué hay tantos chistes sobre el sexo? Nos da terror: un ser humano, hasta que no hace el amor con otro ser humano, no sabe quién es. El sexo es un espejo en el que los seres humanos se miran y es un territorio que incomoda y asusta», ha indicado.
«El dolor y el enigma siempre se han resuelto con soluciones cursilonas, pero detrás de lo cursi siempre hay algo terrible. Detrás de llamar ‘cari’ a tu pareja hay un abismo. Lo cursi nos tranquiliza porque cierra el abismo que es el erotismo y el sexo», ha continuado el escritor aragonés.
EL COVID, UNA OPORTUNIDAD
‘Los besos’ ha sido escrita durante el confinamiento «porque el contexto de la novela es la llegada del virus». Vilas no duda en calificar de «oportunidad» esta crisis sanitaria, al entender que «nada que venga de la vida debe ser despreciado». «Aún en una catástrofe del tipo que sea el ser humano tiene la obligación de seguir siendo humano y de aprender una nueva lección», ha defendido.
No obstante, sí considera que el «mensaje social» que se ha tratado de transmitir desde las instituciones con el coronavirus, el ‘salimos mejores’, no es cierto. «Era un eslogan y además muy de carácter político, casi cursi», ha lamentado el autor, quien reconoce que no ha sentido más desafección por la política porque «ya lo estaba de antes».
«Tampoco creo que sea una cosa española, ha sido en todas partes, se ha dado una desafacción política en todo el occidente democrático. Ahora lo que toca es de lo que se habla en la novela, el inventarse un territorio personal para poder sobrellevar esto y tratar de ser feliz», ha añadido.
¿UN ESCRITOR BEST SELLER?
Tras el éxito que supuso ‘Ordesa’ y el posterior reconocimiento de su novela ‘Alegría’ como finalista del Premio Planeta, Vilas ha admitido que a la hora de escribir ahora «pesa la responsabilidad de no decepcionar a los lectores», aunque no lo considera «losa, sino más bien compromiso».
«Un éxito importante con una novela, esa complicidad con los lectores que es maravillosa, quieres mantenerla con la siguiente. Ojalá fuese de verdad un escritor ‘best seller’, porque la literatura tiene sentido cuando es leída», ha concluido.