El juicio al acusado de matar a su padre a puñaladas el Almería arrancará el próximo día 8

La Audiencia Provincial de Almería acoge a partir del 8 de septiembre el juicio con jurado contra J.M.P., el joven acusado de acabar con la vida de su padre de 27 puñaladas en su casa en la calle Alcor de Almería.

Durante la vista con la que arranca el calendario judicial en el Palacio de Justicia, el presunto parricida se enfrenta a 23 años de prisión por un delito de asesinato y por otro contra la salud pública al encontrar en la vivienda en la que vivía varios botes de cristal con diferentes cantidades de cannabis preparadas para su venta, según el escrito provisional de la Fiscalía.

Los hechos tuvieron lugar hacia la medianoche del 13 de octubre de 2019, cuando el acusado acudió a casa de su padre en la zona próxima a Cruz de Caravaca, con el que había convivido hasta fechas recientes.

Según el auto de hechos justiciables, el jurado deberá determinar si el acusado actuó con premeditación al acudir al domicilio con unos guantes de látex y un cuchillo de cocina de unos 15 centrímetros «con intención de causarle la muerte» o si solo acudió a la vivienda a recoger unos enseres personales y una vez allí, se inició una discusión tras ser increpado por su padre.

En este sentido, y en base a las pruebas y declaraciones que se aporten en las tres sesiones previstas, deberán determinar si el acusado habría aprovechado que su padre se encontraba viendo la televisión para efectuar un ataque «por sorpresa» por la espalda, con una primera cuchillada en el pecho, otra en el cuello y después otras 25 tras caer al suelo la víctima o si, por el contrario, previamente se inició una discusión por la que «el padre recibió una puñalada en el corazón».

La Fiscalía sostiene que el supuesto parricida, que confesó los hechos ante la Policía tras su arresto, habría accedido a la casa de su padre con unas llaves cuando la víctima, de 56 años, se encontraba en el salón sentado en un sillón mientras veía un programa de televisión.

Según sostiene el Ministerio Público, el acusado se ubicó a las espaladas de su padre y «con el fin de causarle la muerte, con el cuchillo que portaba, le asestó una primera puñalada en el tórax a la altura del corazón».

A pesar de dicha agresión, la víctima habría podido levantarse y caminar unos pasos, momento en el que su agresor dio «una segunda puñalada en el cuello, cayendo ya la víctima al suelo». Ante los «síntomas de vida» que aún mostraba la víctima, el acusado le habría asestado «una secuencia de puñaladas por varios puntos del abdomen» hasta un total de 25 cuchilladas para asegurarse de que «había acabado con su vida».

En esta línea, según la acusación, habría tratado posteriormente de limpiar la escena del crimen y sus huellas con varios productos de limpieza y utensilios que encontró en la cocina. Del mismo modo, habría tratado de dejar falsas pistas, para lo que «cogió un cuchillo de unos diez centímetros de hoja, lo impregnó de la sangre del fallecido que se hallaba derramada por el suelo y lo dejó junto al cadáver».

Tras lavarse las manos, el presunto autor del crimen recogió todos los utensilios que usó para dar muerte a su padre como el cuchillo de la agresión, guantes, toallas, papel higiénico y una camiseta, los metió en una bolsa que llevó consigo y abandonó inmediatamente la vivienda, según el relato fiscal.

El joven, que fue detenido apenas una semana después del crimen, guardaba en casa de su abuela útiles y herramientas para la preparación de plantas de marihuana con destino al tráfico ilícito. En dicha residencia la Policía Nacional intervino 12 bolsas de plástico con sustancias en su interior seis envoltorios pequeños y varios botes de cristal con cannabis. En total, 317,8 gramos, que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 1.612 euros.

Así, la Fiscalía solicita para él dos años de prisión por un delito contra la salud pública, con una multa adicional de 2.000 euros, y otros 21 años por un delito de asesinato, así como otros siete años de libertad vigilada.

«AÑOS DE MALOS TRATOS»

El presunto parricida, detenido pocos días después de la aparición del cadáver, se habría «obcecado» después de mantener una fuerte discusión con su padre la noche de los hechos tras haber soportado «años de malos trato», tanto él como su madre, según la versión dada a la Policía y que el joven habría ofrecido a los agentes poco después de su arresto.

El jurado también deberá ratificar, en caso de que resulte probado, que la relación entre la víctima y el supuesto agresor «nunca había sido buena», que el acusado consume estupefacientes «a diario desde que tenía 16 años» y que presenta un trastorno denominado ‘síndrome amotivacional’, el cual «daña seriamente sus capacidades cognitiva y volitiva», ya que estos aspectos junto con su supuesta confesión, podrían actuar como atenuantes ante una eventual condena e incluso para declarar su no culpabilidad en función del grado de aplicación.

Fuentes de la investigación apuntaron los supuestos maltratos sufridos por el joven, que aún vivía con su padre, y por la madre, con la que ya no convivía. En este sentido, el detenido tampoco aprobaba una relación que su progenitor había iniciado recientemente, lo que habría desencadenado una discusión días atrás.

El joven confesó el crimen en dependencias policiales tras encontrarse ropa en su vivienda con restos de sangre de la víctima. Así, se reveló como uno de los principales sospechosos después de que fuera situado en la escena la noche de los hechos, algo que «en una primera declaración policial negó a los agentes».

Tras un registro «exhaustivo» en la vivienda del presunto parricida, la Policía Nacional halló varias prendas de ropa con restos de sangre de su padre muerto. En este sentido, y durante una segunda declaración en la Comisaría Provincial, el joven «de manera espontánea» confesó «el crimen y su autoría».

Los agentes descubrieron el cadáver del varón en el interior de su vivienda, en posición decúbito prono en el suelo del salón, y sobre un gran charco de sangre. Cerca del finado, los investigadores hallaron un cuchillo de cocina de grandes dimensiones manchado de sangre. A pesar de estos indicios, en un primer momento la muerte se achacó erróneamente a un suicidio.

El cadáver del hombre fue encontrado poco antes de las 9,50 horas del día 13 por la pareja del fallecido, quien alertó a los servicios de emergencias. Según los testigos, el hombre había vuelto solo a su casa la noche anterior tras haber salido.