Alfonso Guerra dice que la Constitución es «un acta de paz» y critica el indulto a los independentistas catalanes

El exvicepresidente del Gobierno de España, Alfonso Guerra, ha afirmado este martes que la Constitución de 1978 es «un acta de paz, de armisticio después de una guerra civil durísima, una dictadura larguísima y dos siglos de enfrentamientos irracionales de las dos Españas», tras lo que ha advertido de que «existe cierto riesgo de desandar lo caminado».

Ha intervenido en el Foro de la Asociación de Ejecutivos y Directivos de Aragón (ADEA), en Zaragoza, impartiendo una conferencia acompañado por el presidente de la entidad, Salvador Arenere. Guerra ha manifestado su «creciente inquietud por cómo algunos quieren derribar esa obra» de la Transición y ha animado a «reaccionar desplegando las virtudes que la Constitución atesora», alertando contra «la vuelta al cainismo».

Alfonso Guerra ha dicho que la Constitución de 1978 es «un texto de gran calidad», aunque «algunos cambios podrían ser convenientes», no realizar «una revisión social o del proceso constituyente», pero sí «actualizar algunos preceptos superados por el paso del tiempo».

Para Guerra, «en las circunstancias actuales es necesaria la afirmación de España como nación y Estado», lamentando que a algunos dirigentes «parece que les avergüenza decirlo».

«No son pocos los que consideran que la derecha es heredera de aquella que patrimonializaba el concepto de España y que la izquierda no tiene fuste para desprenderse del antifranquismo»

Guerra ha dicho que «la idea de España se ha formado con contrastes extremos: la nobleza de espíritu y la intolerancia», subrayando que «parece que gana terreno en los últimos años la España de la infamia», frente a lo que ha aseverado que «amar a la patria tiene que dejar de ser el emblema de la derecha reaccionaria, que durante años expropió al conjunto de los españoles conceptos que son de todos».

Ha avisado de que si no se reivindica España «seguirá en el aprisco de la más conservadora derecha», por lo que «ha llegado el momento de que los progresistas se despojen de los prejuicios y proclamen su patriotismo». El exvicepresidente se ha mostrado partidario de estudiar la Historia reciente, pero no de «abrir heridas», sino de «cerrarlas»

INESTABILIDAD

Guerra ha destacado que algunos nacionalistas y populistas promueven «la inestabilidad» para «derribar la Monarquía y desconectar algunas comunidades de España» en un contexto en el que «el deporte de moda es jugar con fuego bajo la premisa de que todo es gratis.

Ha indicado que «la permanencia del estado del bienestar preocupa a todos los partidos, pero será imposible si no se defiende la existencia del Estado mismo» y ha elogiado el bipartidismo, al considerar que «no es posible» decir que el Parlamento pluripartidista es mejor que el bipartidista.

Guerra ha recordado que España lleva «43 años en paz y con un progreso relativo», por lo que ha emplazado a «no permitir que los grupos minoritarios arrastren a todos a un enfrentamiento», avisando de que «la balcanización de la sociedad se fragua silenciosamente y cuando se manifiesta no se puede detener».

ACUERDOS

Guerra ha lamentado que «se llegan a proclamar vetos a algún partido constitucionalista, pero sí se puede negociar con los enemigos de la libertad», añadiendo que «los partidos del espacio del centro derecha e izquierda se empeñan en mejorar la imagen de los grupos contrarios al sistema, cada uno al que tiene más próximo», de forma que «los partidos del centro promocionan a los dos extremos» y «las consecuencias podrían ser funestas».

Ha apostado por priorizar «el acuerdo entre partidos democráticos antes que con los que no respetan las normas del Estado de Derecho o no se sienten vinculados a él y quieran sustituir la democracia representativa por experimentos que acaban asolando la libertad», alertando de que «la amenaza del acceso al poder en Europa a personajes que empiezan a recordar los mismos problemas que en los años 30.

INDULTOS

Guerra ha criticado a quien opina que «el tío de Waterloo es una víctima» y ha lamentado que «hay gente convencida de que los facinerosos son víctimas y en España la elite política aún no ha querido reaccionar». Ha reconocido que «el indulto existe», pero «a nadie se le ocurre darlo a una persona que dice ‘yo lo voy a hacer otra vez» porque «es una contradicción cultural».

A juicio del ponente, «el PP tiene un pecado original, que todavía no ha condenado la dictadura de Franco y eso es tremendo», a lo que ha añadido que «aquí no va a haber normalidad» hasta que «la derecha abomine de la dictadura de Franco y la izquierda no deje la idea idílica de la II República», sobre lo que ha puesto el ejemplo de las últimas elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, donde «ni había dilema comunista ni fascista».

Del líder del PP, Pablo Casado, ha afirmado que «con los colmillos que hay en los partidos lo tiene complicado», insistiendo en que «hay gente que tiene mucha malevolencia».

En otro orden de cosas, Alfonso Guerra ha opinado que «España tiene que reivindicar una posición internacional» porque en etapas anteriores «había una autoridad de la que hoy carecemos».