La nueva «cacicada» de Batet en el Congreso a costa de la reforma laboral

Un error de un diputado del PP y una cacicada de Meritxell Batet (PSC) han sido los artífices de que el Congreso haya aprobado la nueva reforma laboral. La nueva medida aún entrando en vigor, podría ser declarada nula por las formas utilizadas por la presidenta del Congreso.

Para los socialistas, todo vale para hacer política. No hay puertas al campo, hasta que los tribunales quitan razones. Pasó con los dos estados de alarma, declarados inconstitucionales, también el impuesto de Plusvalía e incluso el modelo 720 -declaración de bienes en el exterior- de Hacienda. Un suma y sigue que cosecha el Ejecutivo socialista.

El diputado que hubiera emitido su voto mediante el procedimiento telemático no podrá emitir su voto presencial sin autorización expresa de la Mesa de la Cámara

Sin embargo, este jueves el Ejecutivo no se ha conformado con limitar los movimientos de los ciudadanos, sino que también impide ejercer el voto a un diputado del PP, Alberto Casero, con el fin de sacar adelante su ansiada reforma laboral. La medida ha sumado 175 votos favorables, incluidos los 10 de Ciudadanos, y 174 en contra. El escaño que falta para alcanzar los 350 diputados se explica porque Unidas Podemos aún no ha designado al sustituto de Alberto Rodríguez. De haber votado correctamente, el voto telemático del ‘popular’ habría decantado la balanza y tumbado la medida. Hubiera sido la gran derrota del Gobierno socialcomunista.

ERROR O NO, LA MESA DEL CONGRESO NO SE HABÍA REUNIDO

Pero Batet ha sacado ‘in extremis’ un plan B, definido como un «pucherazo» tanto por el PP como por Vox, que llevará ante el Tribunal Constitucional esta votación. El problema para los socialistas es que pese a que Casero ha votado de forma positiva a la reforma laboral -ya sea por error del sistema o por error humano-, éste se ha presentado en el Hemiciclo y ha solicitado modificar su sentido del voto antes de que se produzca la votación.

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Casero había puesto en conocimiento un «error» del sistema a la hora de realizar la votación. La Mesa tenía constancia de ello, al menos Batet, la tercera autoridad del Estado, lo sabía. Aún así, el diputado se acercó para subsanarlo y poder ejercer su derecho a participar en el pleno. No tuvo oportunidad alguna. Portazo de la representante del PSC y santas pascuas.

BATET TRAICIONA SUS PROPIOS PRECEDENTES

Hay precedentes que por un error en el voto telemático se ha permitido cambiar el sentido del mismo presencialmente. No sólo se ha llamado a los servicios de la Cámara informando del error, sino que se ha puesto en conocimiento. «El diputado, a pesar de estar enfermo, se ha personado», han explicado fuentes del PP a MONCLOA.

El PSOE ha esgrimido que los servicios de la Cámara no han encontrado error alguno en el sistema. Ni falta que hacía verificarlo porque eEl reglamento es muy claro. El diputado tiene «el derecho» de acudir a la Cámara Baja y modificar su voto, siempre y cuando no se haya iniciado la votación.

No se estipula si es o no un error humano o técnico. Sencillamente puede estar y ejercer su función presencialmente en el Hemiciclo y modificar su voto. El único requisito es entrar antes de la votación. No hay más requisito para el voto presencial tras ejercer el sufragio temático. No se necesita explicación ni motivación. Nada dice el reglamento sobre el por qué.

Pero Batet, conocedora de esta intención, sencillamente no le ha permitido entrar y tomar su asiento. Pero se ha saltado el reglamento. Para ello, la Mesa del Congreso, el órgano que rige a los diputados, tenía que reunirse y abordar el asunto. Nada de esto ha ocurrido y ha dado munición a Vox para iniciar la redacción de un recurso contra la votación.Asimismo, la tercera autoridad del Estado, como es la presidenta del Congreso, ha cercenado de un plumazo la propia normativa.

PP Y VOX SEÑALAN DIRECTAMENTE A BATET

Según han afirmado Cuca Gamarra, portavoz de los ‘populares’, y Macarena Olona, por parte de Vox, Batet se habría negado a realizar el trámite para que Casero pudiera tumbar la reforma laboral. Y todo, pese a que dos representantes de Unión del Pueblo Navarro se han saltado la disciplina de voto y han votado en contra de la medida, haciendo aún más decisivo el voto del ‘popular’. La situación ha derivado en una durísima acusación contra Batet. «Pucherazo«, un término muy extendido en determinados países de América Latina.

¿Qué dice exactamente el reglamento? Cualquier diputado con el derecho de poder ejercer el sufragio puede acceder a la Intranet del Congreso con su propio usuario y contraseña. Es un espacio reservado para estos fines, y con un sistema de doble verificación. Así, debe validar la entrada con su firma electrónica, y dejar reflejado su voto.

Batet conocía el voto favorable del diputado porque su deber pasa por comprobarlo telefónicamente. Una comprobación que se hace antes de la votación, tiempo suficiente para que Casero haya podido echar a correr a la Cámara Baja y llegar a tiempo. Este voto se ha trasladado de forma oficial al resultado, a pesar de la anomalía.

BATET SE SALTA EL CRISTALINO REGLAMENTO

«El diputado que hubiera emitido su voto mediante el procedimiento telemático no podrá emitir su voto presencial sin autorización expresa de la Mesa de la Cámara que, en el supuesto en que decida autorizar el voto presencial, declarará el voto telemático nulo y no emitido», destaca el reglamento de la Mesa del Congreso. Es decir, será la Mesa y no la presidenta del Congreso quien debía tomar la decisión de dejar votar a Casero.

El Tribunal Constitucional podría marcar un antes y un después dependiendo de la decisión. Y es que, no sólo están en juego los cambios introducidos en la Cámara Baja, sino también la Democracia. Y es que, si Batet hubiera llamado a la Mesa y prohibido votar a Casero tendría que explicar detenidamente los motivos, y no zanjar el debate cortando los micrófonos y cerrando la sesión bruscamente. Gamarra y la oposición habían pedido la palabra, pero la presidenta del Congreso se la ha denegado. Y es así como está actuando el PSOE. O bien cerrando el Parlamento o bien silenciando la oposición.