El Tribunal de Cuentas de la UE ha concluido en un informe especial publicado este lunes que no se ha cumplido el objetivo de lograr un verdadero mercado único de los fondos de inversión y que las actividades transfronterizas aún no son muy frecuentes porque la protección del inversor sigue siendo débil.
«Todavía existen barreras transfronterizas, las normas de supervisión difieren dentro de la UE, y no se han obtenido todos los beneficios potenciales», ha concluido el miembro del Tribunal que ha dirigido la auditoría, Rimantas Sadzius, en un comunicado.
En el documento, los auditores de la UE han apuntado que la actividad inversora transfronteriza sigue siendo escasa en la mayoría de países de la UE y que los fondos de inversión se comercializan principalmente en el mercado nacional.
El informe ha puesto en evidencia que algunos de los beneficios esperados para el inversor, como unas comisiones más bajas y una mayor oferta, aún no se han materializado ya que los costes siguen siendo elevados y difieren entre Estados miembros. Además, advierte de que las barreras de entrada persisten y que, por ello, no se ha logrado garantizar la igualdad de condiciones.
El informe del Tribunal de Cuentas de la UE ha revelado que los inversores todavía no están suficientemente protegidos frente a problemas como los costes indebidos derivados de prácticas de venta opacas o el asesoramiento sesgado de los intermediarios financieros para dirigir su atención a productos que no son adecuados a sus necesidades.
Se esperaba que una mayor integración del mercado de fondos de inversión ofreciera a las empresas de la UE fuentes de financiación más diversas, y, a los inversores, una mejor protección y mayor oferta», ha indicado Sadzius.
A juicio de los auditores, el Derecho de la UE no puede abordar cuestiones que afectan al mercado, como la fiscalidad, la demanda a nivel local y la manera en que los gestores de activos optan por comercializar sus fondos de inversión.
En este sentido, el informe ha apuntado al enfoque legislativo planeado en por la Comisión Europea ya que considera que se han creado importantes diferencias normativas para los fondos de inversión entre Estados miembros dado que dicha normativa se aplica según las interpretaciones de cada uno de los países.
Además, los auditores han detectado problemas de coherencia y eficacia en la supervisión de los fondos. Si bien el informe ha apuntado que la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA por sus siglas en inglés) se ha esforzado en mejorar la convergencia de las prácticas de supervisión, dado que esta vigilancia se efectúa a nivel nacional, no se puede determinar si se ha avanzado hacia dicha convergencia.