El consejero de EducaciĆ³n de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, se ha puesto en contra a toda la comunidad educativa. Ha conseguido indignar tanto a padres como a profesores al dar por buenas unas votaciones que a simple vista podrĆan parecer injustas. Lo que se debate es si implantar la jornada partida en los colegios madrileƱos o si permanecer con la continua. Hasta ahĆ bien. El problema es que la necesidad de contar con dos tercios de participaciĆ³n para dar por bueno el sufragio ha desembocado en situaciones surrealistas. Hay colegios con alrededor de 280 votos a favor de mantener la jornada continua y con 10 en contra que por la presunta falta de participaciĆ³n se impondrĆ” la partida. Ni los padres ni los profesores quieren, pero esta norma matemĆ”tica obligarĆ” a retrasar media hora mĆ”s la hora de entrada al colegio a pesar de que una inmensa mayorĆa quiere lo contrario. Y Ossorio en el medio.
SegĆŗn explican desde la ‘Plataforma VotaciĆ³n Escolar Justa’, Ā«cuando un colegio pĆŗblico de la Comunidad de Madrid se plantea cambiar el modelo de jornada escolar, se produce una anomalĆa democrĆ”tica completamente injusta que queremos compartirĀ». Esta anomalĆa queda latente, segĆŗn explican desde la plataforma, al necesitar Ā«una participaciĆ³n de 2/3 del censo escolar para cambiar la jornada ya que si las personas que no quieren el cambio, no van a votar, anulan el proceso de votaciĆ³n, y el resultado no es tenido en cuentaĀ». Es decir, estadĆsticamente no ir a votar, vale el doble que acudir a las urnas.
Esta anomalĆa se ha dado en uno de los colegios donde se ha preguntado a los madres y padres de los alumnos si estĆ”n a favor o en contra de la jornada partida. A pesar de la mayorĆa aplastante de 287 votos a favor de seguir con la jornada continĆŗa, los 11 votos en contra a los que se suman los seis en blanco y uno nulo hacen ganar a la jornada partida. De este modo, los alumnos entrarĆ”n al colegio a las 9:30 en vez de a las 9:00 horas como se hacĆa hasta ahora.
Con el objetivo de modificar este sistema de votaciĆ³n considerado injusto por algunas familias, un grupo de padres y madres ha puesto en marcha una peticiĆ³n de firmas para tratar de modificar la Ley 502/2013 para que la elecciĆ³n de jornada sea lo mas justa posible. A fecha de 2 de marzo de 2022, mĆ”s de 20.000 personas han apoyado la causa.
AdemĆ”s, este numeroso grupo de padres y madres se han puesto en contacto con el Consejero de EducaciĆ³n, Universidades, Ciencia y Portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, y con el Director del Ćrea Territorial de Madrid Oeste de la ConsejerĆa de EducaciĆ³n, Universidades, Ciencia y PortavocĆa de la Comunidad de Madrid, JosĆ© MacĆas VelĆ”zquez para trasladarles su Ā«indignaciĆ³n y malestar ante el resultado de las votaciones para el cambio de la jornada escolar de nuestros hijos, celebradas el pasado 17 de Febrero de 2022″.
En esta carta a la que ha tenido acceso MONCLOA.com, los progenitores consideran que el sistema de votaciĆ³n regulado por la Orden 502/2013 de 25 de Febrero Ā«es un procedimiento injusto debido a la puesta en marcha del procedimiento se requiere mayorĆa absoluta de la totalidad de los miembros del Consejo Escolar (ArtĆculo 2), por tanto, cualquier miembro del Consejo Escolar puede frenar la puesta en marcha del procedimiento de cambio de jornada escolarĀ». Ā«Esta medida es perversa porque una minorĆa puede invalidar la votaciĆ³n si no acude a las urnasĀ», aseguran las familias.
Esta medida es perversa porque una minorĆa puede invalidar la votaciĆ³n si no acude a las urnas
Ante tal situaciĆ³n, los padres y madres de los alumnos de primaria piden a la ConsejerĆa de EducaciĆ³n que modifique la Orden regional. Los progenitores ofrecen soluciones como que el procedimiento pueda ser puesto en marcha por mayorĆa simple por parte de los miembros del Consejo Escolar, o que se elimine el quĆ³rum de dos tercios del total de personas que componen el censo con el objetivo de formular una ley mĆ”s democrĆ”tica en la que prevalezca el voto de la mayorĆa de padres y madres del centro.