Viejas glorias del PP de Rajoy tratan de seducir a Feijoo y visten Génova del plató de La Voz

El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, es «demasiado» gallego. Al menos es lo que dicen quienes le conocen porque desde que sabe que será también presidente del Partido Popular, ha mantenido una ambigüedad tensa acompañada de un constante silencio que ha dejado a muchos aspirantes a entrar en la formación a la espera de tener su oportunidad. Mar Sánchez, mano derecha de Feijoo, el propio presidente gallego, Luis de la Matta y el europarlamentario Esteban González Pons son los coaches que deciden quién entrará y quién no en Génova. El problema es que, de momento, hay pocas audiciones. Y las que hay, se dan con cuentagotas. Es normal que a todo esto le acompañen todas las quejas, pues entrar en el nuevo PP gallego se ha convertido en «misión imposible».

Esto no es como el supermercado. No hay un ticket que pedir para guardar el turno. En este caso, los aspirantes a entrar en el PP (casi todos de una generación que se saltó con la llegada de Pablo Casado), han tirado de agenda para ver qué contactos tienen en el Partido Popular de Galicia. El problema es que el núcleo duro de Feijoo es muy pequeño. El presidente autonómico cuenta con Mar Sánchez, que es su sombra, con Luis de la Matta y con alguno que otro más. Pero ni siquiera Esteban González Pons tiene la capacidad de meter o sacar a nadie para que formen parte de la nueva directiva. Los teléfonos suenan mucho más en Galicia porque muchos militantes buscan la forma de entrar de la mano de Feijoo, pero es complicado. Muy complicado.

feijoo no quiere vender la piel del oso antes de cazarlo

Alfonso Rueda, sucesor de Feijoo, es uno de los que puede dar cuenta de que su teléfono ha recibido un 30% más de llamadas que el mes pasado. Si no conoces a Feijoo, siempre puedes tirar de quienes sí han trabajado con él. Pero parece que esta estrategia tampoco sirve de mucho. El presidente gallego se ha aislado con Mar Sánchez y hasta que no le coronen no quiere saber nada de nuevos cargos. Algunos dicen que no quiere vender la piel del oso antes de cazarlo y otros que simplemente exhibe su «galleguismo» manteniendo una prudencia y una ambigüedad desesperante para muchos. Llegar a Feijoo es difícil, si no que le pregunten a la en poco tiempo defenestrada Ana Pastor, que ha optado por pisar Galicia para hablar «maravillas» del futuro presidente del PP entre todos los que alguna vez han dado la mano o dos besos al presidente autonómico.

El caso de Pastor no es el único. Los que antes tenían galones quieren seguir teniéndolos y la forma es intentar endulzar el oído de un presidente de Galicia bastante «seco», tal y como cuentan quienes le conocen. Fuentes del PP de Galicia aseguran a MONCLOA.com que una de las razones por las que el futuro líder del Partido Popular no quiere saber nada de los aspirantes a ganar peso en el nuevo PP porque la mayoría han sido veletas poco leales al anterior presidente del partido.

La sensación en la formación es que Génova se ha convertido en el nuevo plató del conocido programa La Voz. Los coaches son Feijoo, Mar Sánchez, de la Matta y, en menos grado, Esteban González Pons. Y mientras ellos deciden quién canta mejor, los aspirantes a ganar peso en el Partido Popular se agolpan en la entrada para ver si les dan audiencia. El único problema es que la primera criba no deja pasar prácticamente a ninguno. Es más fácil cantar ante Feijoo si no has formado parte activa del PP en los últimos tres años que si lo has hecho. De hecho, el presidente de Galicia prevé pescar a su directiva directamente de la reserva popular. Los prefiere desempleados.

Por supuesto, el hecho de que Feijoo no se fíe de la vieja directiva tiene mucho que ver con lo ocurrido con Casado. La mayoría de los que cerraban filas con Pablo le dieron la espalda cuando vieron que era un cadáver político. Todos menos Pablo Montesinos y Teodoro García Egea, que cayeron con él. Esta actuación tan desleal no ha pasado desapercibida para un Feijoo que se quiere rodear de perfiles leales. Mar Sánchez es su ejemplo a seguir y quiere más como ella, pero parece tarea complicada en un PP en el que todos han navegado según el viento, no según sus creencias.

Ya hay quejas de que no hay audiciones. El modus operandi más frecuente es el de tirar de amigos gallegos a ver si por algún casual conocen a Feijoo y tienen la capacidad de llevarles a la primera línea. La dificultad añadida (y la esperanza de los cantantes del PP) es que la mayoría de los gallegos que Feijoo se ha querido traer a Madrid han dicho que no porque tienen su vida montada en el norte. Esto hace que los aspirantes a La Voz del PP se hayan frotado las manos, pues huecos hay, solo queda el cómo llegar a Feijoo para decirle que es el salvador del partido. Lo mismo que le dijeron a Pablo Casado horas antes de que vieran que el barco se hundía. La lealtad en los partidos escasea y es lo que más valora el presidente gallego. A ver cómo cantan para que den la vuelta a los asientos.