Estos son los dos ministros que «han dejado caer» a Robles (y lo celebran)

No son pocos los ministros que están disfrutando de la caída de Margarita Robles. Quien más celebra este conflicto interno del Gobierno es el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, pero hay otros altos mandos de otras instituciones que entienden que era «cuestión de tiempo» que Robles estuviera en el punto de mira. La magistrada se ha ganado la enemistad de muchos compañeros a lo largo de la legislatura. Pero quien realmente ha vivido una confrontación directa con Robles ha sido el ministro del Interior. El Centro Nacional de Inteligencia, la Policía Nacional o la Guardia Civil han sido puntos de conflicto entre Marlaska y Robles. Y que ahora la predominancia de Margarita sobre los servicios de Inteligencia le haya estallado a ella en la cara ha sido motivo de celebración en algunos despachos del ministerio de Grande-Marlaska, así como en las dependencias de Félix Bolaños. Aún así, todos han guardado silencio ante la polémica. Incluidos los «margaritos».

No es un buen momento para ser «margarito». La ministra de Defensa está en el punto de mira porque los independentistas así lo han querido (con el apoyo predecible de Unidas Podemos), pero son muchos los que están disfrutando de la situación de Robles. No es la primera ve que la ministra de Defensa se pone en contra al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En las anteriores ocasiones ha sido por inmiscuirse en asuntos que correspondían a Moncloa y a Félix Bolaños, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero ahora es porque el presidente, tal y como cuentan fuentes de Ferraz, ha visto la ocasión de dejar a Robles en una situación comprometida. Ante esto, ministros como Marlaska o el propio Bolaños han celebrado que, por fin, Robles está en la rampa de salida. «Aguantará hasta las elecciones», auguran. «Pero no renovará como ministra».

Bolaños ha desacreditado a Robles ante Sánchez cuando estalló la polémica. La ministra de Defensa quiso aclarar que si le habían pinchado el teléfono al presidente del Gobierno era por culpa de otros ministerios. Fuentes del Ejecutivo aseguraron que se refería directamente a Bolaños, pero lo cierto es que al final quien ha salido señalada, por culpa en parte de los independentistas, ha sido la titular de Defensa. 

Marlaska lleva tiempo escenificando enfrentamientos con Margarita. Especialmente relacionados con la Guardia Civil, un cuerpo que codependen de ambos ministerios. Con el CNI no hubo discusión, pero lo cierto es que tanto la Guardia Civil como el Centro Nacional de Inteligencia estaban, en cierto modo, controlados por Robles. El ministro del Interior asumió que Robles le había ganado la partida y dejó los choques en forma de nombramientos de altos cargos en stand by, pero con esta última polémica Marlaska ha dejado que Robles se queme ante el presidente y ante la opinión pública. Que Interior no haya dado ni un solo comunicado en este supuesto tiene mucho que ver con la estrategia seguida por Marlaska: silencio, silencio y silencio.

Son por motivos distintos, pero ambos han permitido que Robles se queme ante el escándalo de Pegasus, el software espía israelí. Que hayan cesado a Paz Esteban López, jefa del CNI, por la polémica del espionaje a los líderes del procés y por haberse conocido que habían pinchado el teléfono del presidente del Gobierno es, según fuentes de Ferraz, la antesala del cese de Robles. Esto es lo que tanto se celebra con discreción tanto en el Ministerio de Presidencia como en el de Interior. Robles ha cosechado enemigos y ahora se dejan entrever. Nadie del Gobierno ha salido ante las cámaras a defender a Robles porque saben las intenciones que se cuecen en Moncloa.

Dejar caer a Robles no es solo cuestión de «venganza política» para Marlaska o Bolaños. La ministra de Defensa se ha dedicado a colocar en puestos clave de las altas instituciones como el Tribunal de Cuentas o el Constitucional a aliados y profesionales afines que se han convertido en su salvavidas. Esta práctica de colocar «margaritos», que todos reconocen en el Ejecutivo, le ha granjeado enemigos en el Gobierno, especialmente en el Consejo de Ministros. Dar la cara por Robles no ha sido la tónica general en esta polémica por el hecho de que también supondría enfrentarse al propio presidente.

Los aplausos se oyen en Interior y en Presidencia del Gobierno, pero desde el PSOE dan un paso más y aseguran que la situación de Robles es tan insostenible que solo le quedará la salida de ir de candidata a alguna comunidad autónoma como Madrid. La ministra no tiene amigos en el entorno de Sánchez. Desde Ferraz aseguran que «ha agotado todo el crédito» con el presidente y que «lleva meses» intentando que abandone el ministerio. Primero, ofreciéndole la candidatura de la Comunidad de Madrid (que negó elegantemente), y segundo poniéndola en el ojo del huracán cuando los independentistas han pedido su cabeza

EL OBJETIVO DE ERC

Robles se ha convertido en el principal objetivo de ERC. Los independentistas quieren hacerse respetar y han visto la oportunidad de tirarse al cuello de la ministra ante el espionaje con Pegasus. Gabriel Rufián quiere cobrarse la cabeza de Robles porque supone un hito para ellos. Pero de momento no han conseguido convencer al presidente para que cese a su ministra. En el PSOE aseguran que Sánchez no tendría problema a la hora de cesarla, pero sí que se plantea las consecuencias que tendría dejar caer a una ministra que tiene apoyos en muchas altas instituciones. 

A la petición de sangre de ERC se ha sumado Unidas Podemos. Desde el retirado de la política de cara a la galería Pablo Iglesias hasta los ministros de la formación morada han aprovechado la coyuntura para echar más leña al fuego y pedir la dimisión o el cese de la «ministra más querida por la derecha». De momento se resiste, pero es evidente que no ha sido suficiente para los socios de Gobierno el cese de la jefa del CNI. O Robles o nada.