Normalmente, y más con la feroz competencia de los bancos para captar clientes, se da por hecho que te darán una tarjeta de débito y otra de crédito para uso habitual. Sin embargo, el uso varía mucho entre usuarios: unos ni tocan la de crédito y solo utilizan la de débito, que no da sustos y controlas mejor tu gasto; otros optan más por la de crédito porque saben que el cobro ya ser hará al siguiente mes o puede fraccionar pagos. De cualquier forma, la OCU una vez más te aconseja como hacer un uso sabio y eficiente de unas y otras.
Vamos a ver cuándo usar una u otra, si bien hay que tener en cuenta que en ocasiones estás obligado a sacar tu tarjeta de crédito si o si, por ejemplo para alquilar un vehículo y que te retengan una cantidad en materia de fianza. En verano, Navidad y ahora en rebajas es cuando más «tiramos» de ella, y vamos a ver si es adecuado o si estamos obligados a ello.
ASÍ SE PAGA CON UNA TARJETA DE CRÉDITO
Primero veamos cómo se usa cada una. En el caso de la de crédito, no necesitamos ni saldo. El el dinero que nos preste el banco deberemos devolverlo de una u otra forma. Este crédito puede devolverse de tres maneras:
Cuando llegue el fin de mes: esta operación se realiza al mes siguiente en el llamado día de liquidación. Está fijado en el contrato.
Con un porcentaje, es decir, todos los meses pagaremos un porcentaje del crédito concedido.
En cuota fija: esto lo conocemos como revolving y consiste en pagar una cuantía fija establecida previamente.
