El verano trae consigo días soleados y altas temperaturas que pueden resultar peligrosas para nuestra salud, especialmente para nuestro corazón. Un reciente estudio realizado con jóvenes sanos revela el umbral de temperatura en el que el corazón comienza a sufrir por el calor.
A medida que la segunda ola de calor del verano se hace presente, los termómetros amenazan con alcanzar los 45 grados, cifra preocupante que puede tener un impacto directo en el funcionamiento de nuestro órgano vital. Este estudio, llevado a cabo en un ambiente húmedo, revela que incluso a tan solo 34º C, la frecuencia cardíaca experimenta un incremento constante. Es decir, nuestro corazón se acelera y nuestra tensión cardiovascular aumenta antes de que la temperatura interna de nuestro cuerpo comience a subir.
7Riesgos para la salud y el envejecimiento demográfico
Las altas temperaturas suponen un peligro para la salud, especialmente para las personas mayores y aquellas con enfermedades crónicas. La exposición al calor húmedo puede ser especialmente riesgosa. La enfermedad cardiovascular se ve afectada, lo que representa un desafío para la salud de la población, especialmente en un contexto de envejecimiento demográfico. Las personas mayores son más vulnerables debido a la disminución de la resistencia al calor y la mayor probabilidad de padecer problemas cardíacos, respiratorios y deshidratación debido al uso de medicamentos.
çEs esencial mantenerse hidratado y encontrar lugares para refrescarse, aunque sea por períodos breves. El calor seco es menos peligroso, pero aún así se deben tomar precauciones y beber suficiente líquido. Los centros de enfriamiento son una opción vital para las personas que carecen de acceso a sistemas de aire acondicionado, especialmente aquellos con recursos limitados. Sin embargo, hay una falta de suficientes centros de enfriamiento, lo que deja a muchas personas expuestas a condiciones peligrosas sin una opción adecuada de enfriamiento.
