El coronavirus también mata de hambre: el drama de las palomas

La cuarentena por coronavirus está dejando imágenes insólitas que quedarán grabadas en nuestra mente y, sin duda, pasarán a la historia. Ciudades fantasma, lugares emblemáticos vacíos o animales que recuperan espacios son algunas de las estampas más sorprendentes. 

Las terrazas y los bares han cerrado sus puertas a causa de esta cuarentena y esto a afectado a las aves urbanas como las palomas y las gaviotas. Estas especies que conviven con nosotros en las ciudades tienen su principal fuente de alimentación en nuestras sobras. Sin embargo ahora se han quedado desprovistas. Y cada vez tienen más hambre. Estos días se las puede ver revoloteando con desesperación alrededor los contenedores de basura buscando algo con lo que alimentarse. 

PALOMAS DESESPERADAS ASALTAN A LOS VIANDANTES

En Twitter está circulando un video que enseguida se ha viralizado, en el que se ve a una mujer que camina por la calle con un carrito de la compra, completamente rodeada de palomas, como si de una escena de Los Pájaros se tratase. Estas aves están acostumbradas a recibir alimento de los viandantes y a recoger los restos de comida que se van encontrando. Pero ya no hay abuelos lanzándoles migajas en el parque y las palomas comienzan a acusar la falta de comida. 

Ante esta situación, se han iniciado campañas en las redes sociales para invitar a los vecinos a alimentar a estas aves hambrientas que, de la noche a la mañana se han visto con una incompresible falta de alimentos que les está generando un estado de desesperación. 

Desde Seo-Birdlife, sin embargo, no recomiendan alimentar a las aves. Algunas especies son aves silvestres que se han acomodado recientemente a la alimentación en zonas urbanas, como el caso de la gaviota patiamarilla. Este cambio en la conducta puede ser perjudicial para las propias colonias de aves.

El representante de la asociación de Pontevedra, Gustavo Ferreiro, sostiene que la reacción natural de estas aves, sería buscar alimento en su propio hábitat, en el caso de no encontrarlo en la ciudad. Las gaviotas volverían a la costa y las palomas al campo, aunque estas últimas están demasiado adaptadas al mundo urbano. Ferreiro explica que por su propio instinto de supervivencia, estos animales buscarán suministro en otros lugares, con la ventaja de que estamos casi en primavera y podrán encontrar una gran variedad de comida. Además nos recuerda, que generalmente los alimentos que obtienen en las ciudades las gaviotas y las palomas, no suelen ser los adecuados para sus necesidades nutricionales. De hecho señala que esta mala alimentación podría estar relacionada con la desaparición del gorrión en zonas urbanas.