domingo, 5 mayo 2024

Estos han sido los fallos de nuestro sistema sanitario frente al coronavirus

Dicen los expertos que el famoso COVID-19 no es más mortal que otros anteriores. El problema es que es nuevo. No estamos preparados y no tenemos tratamientos, contagia masivamente y tiene algunas características únicas, como son la velocidad de su transmisión y su alta letalidad especialmente en los grupos de riesgo. La concentración de la población en las áreas urbanas y la necesidad de los desplazamientos ha permitido que, desde un primer infectado en China hace solo unos meses, el virus haya podido llegar en muy poco tiempo, prácticamente a todos los países del mundo.

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La alta mortalidad del virus en personas mayores o con patologías previas tiene una gran incidencia en la atención de los mismos en los hospitales, al requerir su ingreso en las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, cuyas infraestructuras no han sido diseñadas para esta eventualidad. Y llega la clave: “colapsa cualquier sistema sanitario “.

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LA BAJA INVERSIÓN DE ESPAÑA EN SANIDAD

Japón, o Corea del Norte, tienen más de 13 camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes. Alemania, o Rusia tienen más de 8 camas y Francia casi 7. Sin embargo, Italia 3´4 y España 3. Si hay una avalancha de urgencias parece evidente quién colapsará antes. Dentro de España, Madrid tiene 2´7 camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes, en una Región muy turística y densamente poblada. Una de las que menos tiene en España, después de Andalucía (mucho menos densa) y Valencia (muy de turismo madrileño).

En España, la inversión en sanidad es muy baja en comparación con otros países de Europa. Dinamarca gasta en Sanidad más de 4.300 euros por habitante. Alemania más de 3.700, Francia dedica a Sanidad más de 3.200, mientras que Italia 1.800 y en España no llegamos a los 1.600.

Estados Unidos, por ejemplo, gasta mucho dinero por habitante en sanidad y, sin embargo, no lo van a pasar mejor que nosotros, porque es un sistema privado, que atiende sólo a los que lo pueden pagar. Gastan mucho dinero, pero son caros y no llegan a toda la población. Un sistema sanitario lento y que lleva ya unos 14.000 muertos.