El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha puesto la alfombra roja a las casas de apuestas. La vuelta a la llamada “nueva normalidad” por el Gobierno parece haber echado por tierra los planes del coordinador federal de Izquierda Unida. Todos recordamos a un Garzón envalentonado que iba a poner coto a este polémico negocio que golpea duro a las regiones más deprimidas. Prohibiría la publicidad de casas de apuestas en horario diurno, algo que afectaba directamente a las empresas patrocinadoras de algunos equipos de fútbol y de la propia liga de fútbol. Pero la sorpresa ha llegado cuando en el Real Decreto que regula la nueva normalidad se permite que las casas de apuestas puedan hacer lo que habían hecho todo este tiempo.
Los partidos Rayo Vallecano vs Albacete y el derbi Sevilla vs Betis han inaugurado la reactivación de la temporada en primera y segunda división. Y las casas de apuestas, muchas de las cuales (por no decir la mayoría) no tienen sede en España, podrán hacer lo que habían hecho hasta ahora, incluso patrocinar las camisetas de los equipos.
La razón que deslizan desde el Gobierno para haberse echado atrás en este coto a estas empresas es que este negocio concede grandes cantidades de dinero en publicidad. Y eso, en plena crisis, ha podido más que el criterio ideológico del ministro, por lo que Garzón se ha bajado los pantalones y se ha retractado en todas sus intenciones. Ya no hay restricciones a ese negocio que el ministro de Consumo consideraba tan perjudicial para la sociedad.
Se permitirá publicidad sin límite de horario (ya que antes estaban acotadas a la madrugada) y los equipos de fútbol o de cualquier otro deporte que lucieran camisetas patrocinadas por Bwin o Bet365 podrán seguir haciéndolo sin ningún tipo de traba ni tasa extra. Vamos, exactamente igual que antes de que Garzón anunciara sus frustradas intenciones de poner coto a las casas de apuestas.
Los equipos de fútbol se han visto muy afectados por la crisis. El fútbol se ha parado por completo. Los estadios no se volverán a llenar hasta nueva orden y los ingresos por derechos televisivos están en stand by. Los equipos con más costo en salarios, como el Real Madrid, han llegado al extremo de pedir préstamos al Estado para poder pagar los exagerados sueldos a sus estrellas, una decisión bastante criticada. Es por eso que el Ejecutivo se ha planteado que seguir adelante con los planes de Garzón era un suicidio y ha permitido que las casas de apuestas sigan regando de publicidad los grandes eventos deportivos. Porque el dinero manda, y más en tiempos de crisis.
Sobre qué equipos dependen en parte de estas polémicas empresas, están el Valencia, el Alavés, el Sevilla, Osasuna, el Granada o el Levante. Todos lucen una casa de apuestas en su equipación, y quitársela supondría un recorte importante de ingresos para estos equipos de primera división.
Al parecer, la crisis ha venido bien a las casas de apuestas, al menos de cara a los derechos que iban a perder. Pese a que tal y como dijo Garzón en un arrebato de lucidez, las casas de puestas habían perdido toda su actividad desde que se suspendieron los eventos deportivos, ahora con la reactivación de la liga volverán a recuperarse. Y lo harán con todos sus derechos intactos. Todo un logro para ellos derivado de una pandemia, quién lo iba a decir.
Desde Podemos insisten en que siguen convencidos de que hay que poner coto a las casas de apuestas. Sin embargo, la situación ha forzado que el dinero vuelva a mandar y ha obligado a Garzón a recular (más) en este proceso
