La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) solicita penas de prisión permanente revisable para dos de los tres presuntos miembros de la célula terrorista que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017.
En concreto, la AVT, en calidad de acusación popular en este procedimiento, pide esta condena para Driss Oukabir y Mohamed Houli Chemlal por 15 asesinatos cometidos en el atropello de la Rambla de Barcelona y en el paseo marítimo de Cambrils, a diferencia de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que no les acusa de asesinato, ya que considera que no participaron directamente en los ataques.
Se trata de la primera vez que una acusación solicita la pena de prisión permanente revisable en la Audiencia Nacional, ya que desde que se reformó el Código Penal en 2015 para introducir esta condena no se han producido, salvo el de los atentados de Barcelona y Cambrils, casos en los que se contemplen peticiones de este tipo.
150 DELITOS DE INTENTO DE ASESINATO
La asociación les reclama además más de 2.800 años a cada uno por delitos de integración en organización terrorista, 150 delitos de asesinato terrorista intentados, depósito de explosivos, estragos terroristas y lesiones. También pide que tengan prohibido acudir a Barcelona y Cambrills en un período de 10 años a iniciar desde su excarcelación.
Para el tercer procesado, Said Ben Iazza –quien fue detenido meses más tarde de los atentados en Castellón–, la AVT solicita en su escrito de conclusiones provisionales, al que ha tenido acceso Europa Press, una condena de 25 años de cárcel por colaboración con organización terrorista y depósito de explosivos.
Como el Ministerio Público, la acusación popular explica que en 2015 «se constituyó un grupo con la finalidad última de perpetrar un atentado terrorista en nuestro país que estaba formado por jóvenes de origen marroquí residentes en la localidad gerundense de Ripoll, cuyo cabecilla y líder espiritual era Abdelbaki Es Satty», el imán que falleció en la explosión de la vivienda de Alcanar un día antes de los atentados.
La AVT sitúa a Mohamed Hichamy, Youssef Aalla y Younes Abouyaaqoub –los tres abatidos por los Mossos d’Esquadra– en «un segundo escalón del grupo», mientras que Oukabir «ocuparía un eslabón intermedio, actuando en función de las necesidades del grupo».
«La célula se completaba con El Houssaine Abouyaaqoub, Omar Hichamy, Moussa Oukabir, Said Aalla, todos ellos también fallecidos, y Mohamed Houli Chemlal», explica la asociación de víctimas.
Según el escrito, fue el imán Es Satty quien propuso, entre finales de 2016 y principios de 2017, la «realización de varios atentados de grandes dimensiones a realizar en Cataluña, con la finalidad de coadyuvar a la estrategia terrorista de la organización terrorista» Estado Islámico (Daesh).
«El resto de miembros de la célula, entre ellos los acusados Driss Oukabir y Mohamed Houli Chemlal, aceptaron la propuesta, impulsados por el extremismo religioso implantado por el imam Abdelbaki Es Satty», explica la AVT.
ACEPTARON LOS NUEVOS PLANES
También considera la acusación popular que «todos los miembros de la célula», sin excepción, aceptaron la realización del ataque alternativo en la Rambla que se sucedió tras la explosión de Alcanar, de ahí que les acuse de los asesinatos provocados por sus compañeros, aunque no los cometieran directamente.
Sobre Said Ben Iazza, la AVT concluye que «entregó voluntariamente su documento de identidad para que fuese utilizado por Youssef Aalla para la adquisición de gran cantidad de peróxido de hidrógeno, que a su vez sería utilizado posteriormente para la confección de los explosivos, dejándole igualmente un vehículo apto para el transporte de lo comprado».