Las sardinas, aún más ricas en verano: recetas para usarlas bien

La sardina es un plato exquisito. Y ahora, en verano, ha llegado su momento más álgido de consumo. Con el aumento de las temperaturas de las aguas más superficiales de los océanos es, precisamente, cuando el plancton se hace aún más abundante, por lo que la sardina se sobrealimenta, engorda más y se llena de grasa en la epidermis, así que es ¡el mejor momento para consumirlas!

Un manjar de playa español, que vive en nuestras aguas saladas y que ya, incluso, se degusta en distintos restaurantes con estrella Michelín. Un delicioso pescado azul del cual os vamos a contar cómo preparar algunas de las recetas más ricas en verano para aprovechar todo el sabor de la sardina. Porque como dice el refrán: «Las tres ‘efes’ de la sardina: frescas, fritas y frías«. Empezamos.

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¿Cómo preparar las sardinas para las recetas?

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En realidad, se trata de un proceso muy sencillo: Cogemos las sardinas frescas y le hacemos un pequeño cortecito en el vientre. Le sacamos las tripas y si queremos, también le podemos sacar la espina dorsal, pero este es un proceso algo más delicado, ya que corremos el riesgo de maltratar la carne. Las sardinas tienen un tamaño muy pequeño, por lo que puede resultar una ardua tarea el hecho de eliminar las vísceras. ¡Coge un guantes finos, y en 10 minutos tendrás limpias las sardinas! De hecho, si no lo haces, puede que le de a la comida un sabor final amargo.