Para esta okupa, el haberse apropiado directamente de la casa de otra persona no solo no supone un delito, sino que es una actuación respaldada por la ley. Lejos de amedrentarse, esta mujer que se ha colado en la vivienda de otra persona se enfrenta a los vecinos (incluido el propietario) y mientras estos la increpan, ella decide a remitirles a su abogado.

Al parecer, la okupa tiene dinero para pagarse un abogado, pero prefiere apropiarse de la vivienda de otro antes que pagarla. “No queremos dinero. No tienen legitimación para desahuciarnos”, comenta la delincuente mientras los vecinos la increpan por haberse colado en la casa de otra persona.

El problema es que entre enero y mayo del año anterior, los datos oficiales del Gobierno han registrado la usurpación de 5.928 viviendas en España. Un dato tremendo que pone sobre la mesa una cuestión que aún está sin resolver: el cómo expulsar a un okupa de una casa en poco tiempo sin cometer un delito.